El abandono de Harry Potter

Capitulo 12 : Sinceridad y Pruebas.

Harry podía describir sus vacaciones de Navidad en una palabra, fantásticas.

Había pasado el día de Navidad y nochevieja con su familia y amigos, había recibido un buen numero de regalos y, la guinda del pastel, había conseguido mantener la mitad de su promesa con Neville. Ahora solo le hacia falta buscar una solución para su tía Alice.

Había empezado a buscar en la sección medica de la biblioteca personal de su abuelo. Aunque no había dedicado todo su tiempo en su investigación, si que había pasado un buen numero de horas ojeando los libros de neurocirugía y los grimorios viejos sobre magia parsel de su abuelo.

Al ojiverde se le había pasado por la cabeza pedirle ayuda a su abuelo con la curación de la matriarca Longbottom pero lo desestimo, eso seria exponer a su abuelo al publico y tendría que responder a un gran numero de preguntas que no quería contestar en este momento. Claro, podría esperar unos 2 años, el tiempo para que se anunciara delante del Wizengamot su herencia y en ese caso podría actuar con toda libertad pero Harry no estaba dispuesto a esperar. Cada segundo que Neville pasaba sin su madre, era un segundo perdido.

En resumen, sus vacaciones habían ido muy bien a pesar de algunos contratiempos … es por eso que debería haber esperado que el destino se la clavara por detrás.

"¿Señor Potter, señor Potter, Mark Holligan para el Profeta, como a conseguido curar al patriarca Longbottom?

"Emily Claw para el Mistery Night, señor Potter, algunos afirman que a usado la magia oscura para curar a Frank Longbottom. ¿Son ciertos los rumores?"

"Señor Potter, soy Maria Hollow para la revista Love witch. ¿Que tipo de mujeres le gustan?"

Harry maldijo en su mente, eran casi las 11h00, quedaban 30 metros del anden hasta el tren y tenia una multitud de reporteros, cotillas y periodistas barrandole el paso y gritando en busca de respuestas. El chico agarro con firmeza la mano de Sia para no perderla en la multitud mientras intentaba abrirse paso entre el mar de gente.

En serio no podía entenderlo, había hecho una buena acción y así es como el Karma se lo pagaba, el mundo realmente estaba jodido.

Siguió avanzando como pudo hasta que para su horror, la bocina del tren empezó a sonar y la maquina se puso en marcha. Ni siquiera se lo pensó, agarro a su novia por la cadera, la levanto y empezó a empujar a la gente como si fuera un jugador de rudby en pleno juego. Menos mal que era un jugador de quidditch consumado y había dedicado horas para mantener su físico porque sino no abría podido llegar a tiempo.

El ojiverde consiguió agarrar por los pelos la barandilla del ultimo vagón del tren y con fuerza salto por encima de ella con Sia en el remolque y cayeron de pie en la plataforma exterior del vagón. Ambos soltaron un suspiro de alivio mientras miraban todos los reporteros persiguiendo el tren en marcha como buitres hambrientos. Menos mal que hacia años que había tomado la costumbre de reducir sus baúles y llevarlos en el bolsillo, si hubieran tenido que arrastrarlos todo el camino no lo hubieran conseguido. Si encima Sia hubiera tenido un búho … no quería pensarlo.

"¿De verdad, es que no tienen ninguna consideración?" se quejo la rubia.

"Mas bien no tienen sentido común, es algo que escasea mucho en la sociedad mágica hoy en día." contesto con media sonrisa.

Ambos abrieron la puerta del vagón y entraron en el tren. Fueron charlando mientras iban mirando en los compartimentos en busca de su grupo. Por desgracia, también notaron como la gente dentro de los compartimentos lo miraban con asombro y respeto, al parecer no eran solo los adultos los que se habían quedado fascinados por su 'milagro' en la curación de Frank Longbottom.