Cuando éramos pequeños a muchos nos gustaba ir al parque y columpiarnos. A mi en lo personal hasta el día de hoy me encanta, sentir el aire en la cara, imaginar que puedes volar... tan alto... como quieras.
Una sensación similar me ocurrió el día de hoy, mientras hiba en la motocicleta camino a casa de mis padres, cerré los ojos por un instante, sentí la brisa fresca rozando mi rostro, la calidad luz del sol acariciando mis mejillas, escuché los árboles mecerse, y sobre todo me sentí libre, sentí poder volar y llegar lejos al cielo, sentí la nubes poder tocar.Fue una prueba más de que un dia a otro todo puede cambiar.
Que las tormentas no son eternas, que la lluvia se detiene y el sol vuelve a brillar.
Un día más en agradecimiento al Creador por otra oportunidad._B.2020_