Worrisome parents

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Betsabé estaba desganada, miró con ira el jardín de rosas azules que había en el castillo de su madre. Alargó la mano para destrozar una, pero...

- Señorita Betsabé, por favor, absténgase de arrancar una a menos que cuente con la aprobación de su madre-le impidió hacerlo el mayordomo.

- ¿No te has vuelto arrogante Stovas?-le reprochó Betsabé furiosa-Impidiéndome...

- La única que se ha vuelto arrogante aquí eres tú Betsabé ¿Cómo se te ocurre difamar a tu hermana Charlie con Lucifer? ¿De verdad creías que Lucifer le castigaría?-inquirió Lilith sentandose en la mesa mientras su leal mayordomo le servía té- Este jardín es mi favorito, regalo de Lucifer.

- Padre de mi hermana Charlotte-escupió Betsabé-Es una ingenua  y hasta hipócrita ¿Un hotel para redimir pecadores? ¿Habla en serio? ¡Se burla de lo que significa ser demonio, madre!

- ¿Ha cometido tu hermana algún pecado que la condene al infierno, Betsabé?-replicó Lilith callándola- Charlie es incapaz de comprender su naturaleza diabólica, es todavía una niña comparada contigo ¿Por qué eres tan dura con ella, Betsabé? Su crecimiento es lento, pero constante, será un demonio como todos.

- Mi hermana no ha hecho nada que la haga merecedora de ser princesa, madre, nada excepto ser la hija del rey de los demonios-relinchó los dientes la súcubo- y lo desperdicia en estupideces, además al mismo Lucifer le enfurece la idea de la rehabilitación...

- Betsabé, no pienso tolerar más tu actitud con Charlie-le advirtió Lilith-Y si yo que fui la que te trajo al mundo tiene esta actitud imagina como es la de tu rey, puede que tengas razón y a Lucifer le moleste esa idea, pero es problema de él y Charlie, no tuyo. Le pone de mal humor que otros hablen de ella, eres consciente de ello. 

- Tú siempre la apoyas, madre-se quejó ella-Su majestad no quería darle ese hotel, fuiste tú quien lo obligó.

- Convencí ¿Te parece que al rey de los demonios se lo puede obligar hacer algo?

Stovas, el mayordomo, tuvo que casparrear para evitar reírse ante esa declaración ¿Obligar? Por los círculos del infierno, desde que Charlotte nació, Lucifer se volvió un marido complaciente a Lilith, lo que ella decía era ley para el ángel caído. Lilith disimulaba diciendo que sus argumentos eran irrefutablemente lógicos, no había sentido alguno rechazarlos. Aunque los señores del averno empezaban a dudar de sus palabras

- ¿Qué Stovas?-dijo suavemente Lilith, pero habia una clara advertencia en sus ojos.

- Mi emperatriz si no se apura, me temo que llegaremos tarde a la reunión de los doce-explicó Stovas agradecido de tener una buena excusa para interrumpir.

- ¿Oh? ¿Ya es tan tarde?-se sorprendió Betsabé-Bueno, madre , nos vemos.

-Recuerda mis palabras, querida, Lucifer no quiere que nadie intervenga con Charlie, está esperando a que crezca.

Betsabé relinchó los dientes furiosa y se fue sin decir más.

Lilith observó a su hija irse, sabía que estaba siendo injusta, pero no podía evitarlo. Charlotte era su hija y la única de Lucifer, no podía evitar amarla, consentirla y mimarla, le dolía muchísimo estar separada de ella, era como si alguien le estuviera cortando el corazón, mas sabía que debía dejar ir a su hija para que creciera por ella misma. Era su deber de madre.

- Stovas.

- ¿Sí, mi emperatriz?

- ¿Crees que hice lo correcto al dejar a ir Charlie con un proyecto tan descabellado?-inquirió ella levantándose de la mesa.

Black roseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora