Innocence is not stupidity.

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Padre, no te comprendo. Soy tu hijo más fiel y obediente, te amo más que nadie, soy celoso de todas tus enseñanzas y aún así prefieres a la peste de carne que no te obedece para nada. Él no solo te degrada sino que insulta a tus criaturas ¿¡Por qué se lo permites?! ¡¿Por qué no nos explicas su propósito?! ¡Padre ya que permites su estancia, dame lo que él despreció! ¡Yo sí deseo su regalo! ¡Estoy desesperado por poseerlo! ¡Sabré atesorarlo, no como él que lo destroza pedazo a pedazo!

Alastor estaba leyendo un libro cuando escuchó el escándalo, junto a Nifty bajaron las escaleras. Pudo ver el espectáculo desde primera fila, no tenía intención de ayudar, quería saber que haría Charlie con esos pecadores de bajo nivel, Nifty refunfuñó al ver la sangre en el piso, pero entonces...

Todo el hotel se volvió frío, tenebroso como salido de una película de terror, Alastor se sorprendió de ver a Satán, luego, la  escena de cariño y finalmente la disposición de Charlotte de proteger al quinto huésped.

Claramente la princesa se sentía mal por entregarles, pero no se arrepentía, estaba muy preocupada por su amiga, pidió a Husk que llamara a Nifty para limpiar, Charlie salió para reflexionar, le duró poco y luego volvió a estar tan entusiasta como siempre por la idea de redención, tatareaba: "En cada demonio hay un arcoiris"

¿Una hipócrita? No, era algo diferente, Charlotte había predicado la redención a todo pulmón, hasta el final dudó en llamar a Satán, pero lo hizo para proteger lo que más quería, una actitud completamente humana, aquí es donde vendría el arrepentimiento y la sensación de fracaso si fuera una.

Ah... Alastor comprendió fascinado, esa era la contradicción, Charlie no sentía arrepentimiento porque pensó y tenía razón que era la única solución posible en aquel momento, estaba dispuesta a todo con tal de proteger a la gente que quería y a la vez de luchar por su sueño, Charlotte no estaba sujeta a la moral de los humanos, nunca lo estaría porque era hija del Príncipe de las Tinieblas, ahora si eso era algo genético o de enseñanza no podría asegurarlo, mas la princesa tenía un instinto diferente al resto.

Los ángeles caídos actuaban con malicia, rencor y odio hacia a todos, se decía que sus hijos no eran tan diferentes de sus padres, sin embargo la chica-demonio que veía no tenía un ápice de maldad en su cuerpo, para ella los seres "malditos" eran completamente normales, la prueba fue que se dejó recibir esa caricia que para muchos sería asquerosa. Satán era asqueroso, horripilante y escalofriante.

Charlotte lo trató con respeto y al mismo tiempo permitió que se restregará contra ella, no había fingido en su gesto, ella de verdad lo trató con dulzura y hasta con gratitud, como si supiera que el demonio jamás le haría daño lo cual no era exactamente seguro porque a pesar que los demonios obedecían a Lucifer, estos podían rebelarse contra él, además que ella no sintió asco ni repulsión por él como si fuera absolutamente normal, si Alastor tuviera que compararlo sería como un abuelo dando un beso a su nieta favorita.

¿Qué tan inocente podía ser? ¿Qué tan tolerante era ella? ¿Qué había en su mente que le permitía aceptarlo todo de los demonios y al mismo tiempo intentar redimirlos? ¿Qué era imperdonable para ella? Pensando en ello, Alastor sonrió sintiendo un escalofrío de placer por su espalda.

Ah... tan dulce, tan inocente, tan contradictoria... simplemente tentadora...

El wendigo no se dio cuenta que se relamía los labios, quería probarla, quería sentirla ¿Qué sabor tendría su sangre? ¿Sería dulce? Él prefería las cosas amargas, pero tal vez la inocencia tendría era una mezcla de ambos, amarga y dulce o sería completamente dulce. Ah... como podía hablar de redención cuando ella misma tentaba a los pecadores.

Su instinto de cazador se encendió, lentamente bajó hacia a ella con cautela y en silencio, no quería avisarle de su presencia, sus pasos eran mudos, ella era un cervatillo todavía puro y no pensaba esperar a que crezca. Sintió su cuerpo erizarse de la excitación, estaba detrás de ella, solo un paso más y podría morderla, un pequeño e inofensivo mordisco...

Black roseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora