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- Rubén! - su voz había salido mucho más aguda de lo normal, y por supuesto más enfadada. Todos los jóvenes que había en sala se callaron al escuchar el grito de Samuel.
- No me llames así que pareces mi madre. - contestó el mencionado medio molesto, pero con una sonrisa burlona.
- Ese es tu nombre. - afirmó sentándose en la silla que tenía justo detrás, levantó la mirada hacía el castaño.
Rubén no le tomo importancia, conocía perfectamente a Samuel quizá mejor de lo que el mismo pensaba, sabía lo mucho que le molestaban las malas palabras que usaba por eso mismo las decía. Le encantaba joder a Samuel. Podría incluso decir que era su mayor hobby, adoraba ver como su cara se ponía roja, como sus cejas se arrugaban, y sobre todo como intentaba no insultarlo.
El profesor entró en el aula y el bullicio desapareció, el castaño se sentó en su lugar detrás de Samuel y la aburrida clase de Física comenzó.
Uno.
Dos.
Tres.
Samuel se giró bruscamente hacia atrás, no dijo nada pero su mirada lo expresó todo. Rubén simplemente dejo de mover el pie, el volvió su mirada a la pizarra.
Cuatro.
Cinco.
Seis.
—Lo mismo de siempre?— preguntó. Rubén formó una sonrisa y comenzó a hacer garabatos en la esquina superior de su libreta.
Samuel se arrepentía y mucho de haberse sentado ahí el primer día de clase. Ahora tenía que aguantar las tonterías de Rubén todos los días, siempre que se aburría empezaba a molestar incluso le habían puesto una falta por su culpa. Este curso iba esforzarse se lo había prometido a sus padres, ya había repetido una vez y como dijo su padre ninguna más. Pero con el castaño al lado sería más difícil de lo que pensaba.
La clase terminó y dio inicio al recreo, como siempre los únicos que aún continuaban en el aula eran Rubén, el cual estaba esperando a que Mangel volviera de la cafetería y Samuel que siempre tardaba mucho en recoger sus cosas y ordenar sus libretas.
El más alto avanzó hasta donde estaba Samuel metiendo sus bolígrafos en su estuche morado, se sentó en el sitio del contrario y agarro un lápiz, empezó a dibujar una pequeña polla en la parte delantera de la mesa.
- ¡Ey! - exclamó Rubén cuando Samuel le quitó el lápiz - Que me estaba quedando muy mona - hizo un pequeño puchero.
- Eres tontisimo de verdad - dijo borrando el dibujo con su goma gastada.
- Vegetta eres un aburrido, sabes el otro día cuando te robé el móvil y escribí ese tweet no era para que te enfadaras conmigo, era una broma. - se echó hacia abajo en la silla y cruzo los brazos sin mirarlo.
- ¿De verdad tienes 17? - preguntó burlón - Se supone que soy yo el que tendría que estar enfadado no tu.
- Pero es que no me hablaste en el resto del puto día, y yo bueno yo quiero que seamos amigos - Rubén lo miro ansioso, esperando a que dijera algo al respecto.
- Cómo quieres que seamos amigos si lo único que haces es molestar.
Rubén no contestó, sabía que Samuel tenía razón. Pero no quiso admitir que esa frase le había dolido.
-Rubiuh - Mangel lo llamó desde la puerta ya con su bocadillo a la mitad, el mencionado se levantó y lo más rápido que pudo salió del aula.
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es mi primera historia duh no os esperéis nada espectacular, y he tardado la vida para escribir este capítulo por que quiero que este bien :( si tiene algún fallo por fa decirmelo
