suffocation [ the end ]

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Rubén había subido a la azotea del instituto como solía hacer aunque estuviera completamente prohibido, ya era habitual que se encontrara allí, sus amigos sabían que siempre iba a fumar ahí cuando se encontraba mal o necesitaba calmar su ansiedad, el aire frío chocando con su cara y despeinando su pelo lo relajaba, le gustaba observar todo desde arriba le hacía sentir como que no existía, no importaba, era libre.

La música de sus cascos estaba excesivamente alta así que no puedo oír como la puerta se abría y unos pasos se acercaban a él.

— No sabía que fumabas. — Rubén saltó del susto alejándose unos pasos de Samuel.

— Joder no sabía que estabas ahí — Apagó el cigarro en la barandilla dónde antes estaba apoyado, le quedaba más de la mitad pero no le gustaba fumar delante de gente.

— Perdón no quería asustarte, Mangel me dijo que estabas aquí arriba y quería hablar contigo.

— ¿Sobré qué? — Preguntó Rubén mientras se sentaba en el suelo apoyándose en las barras que lo separaban de caer cuatro pisos al suelo. Samuel se sentó a su lado.

— Irina me dijo que te molestó lo que te dije, quería pedirte disculpas no lo dije con la intención de ofenderte o molestarte. — Al acabar de hablar se giró para ver a Rubén pero el quitó la mirada rápidamente, tenía la cara roja había alcanzado a ver.

— No tienes que pedir disculpas ni nada y no me molestó, sé que tienes razón. — Contestó rápido y nervioso. Si debía admitir que se puso triste al oír esas palabras de su amigo pero tiene razón siempre estaba haciendo o diciendo cosas que no debía.

— Rubén. — El nombrado se giró un poco menos rojo que antes. La mirada de Samuel era muy profunda y bonita el chico se estaba perdiendo en ella. — Perdón.

Rubén se había quedado hipnotizado en la mirada de Samuel, todo en el era tan bonito. El castaño se levantó de golpe asustado de todo lo que estaba sintiendo, nadie nunca se había molestado en pedirle disculpas por algo ni sus padres cuando se equivocaban ni sus amigos cuando se pasaban con el. Samuel lo siguió con la mirada bastante confuso.

— Vegetta de verdad no pasa nada. — Sonrió y casi salió corriendo de ahí.

Samuel se quedó en el sitio muy confuso, ¿Seguía enfadado?

El timbre para final el descanso empezó a sonar y todos los alumnos volvieron a sus clases, Rubén no pudo atender a nada de lo que estaba explicando el profesor estaba demasiado perdido con sus pensamientos. Su mirada estaba fija en la nuca de Samuel, no por nada en concreto simplemente el estaba delante. El castaño quería irse a casa ya meterse en cama y dejar de pensar, quería dejar de pensar en el chico que tiene delante, quería dejar de pensar en el impulso que tuvo de besar al chico que tiene delante.

— Profesor. — Habló en alto el castaño, cuando la mirada del señor estaba en el siguió hablando. — ¿Puedo ir al baño por favor?

— Claro. — Y siguió explicando algo que Rubén ni había leído. El chico salió de la clase con la mirada atenta de Samuel detrás.

Abrió el grifo y se echó el agua fría en la cara, necesitaba despejarse o se volvería loco. Cuando salió del baño el timbre de salida ya había sonado la mayoría de los alumnos ya se habían ido, su clase estaba vacía, agarró sus cosas y salió del instituto en dirección a su casa.

Wilson se acercó rápido a su dueño al escuchar la puerta abrirse — Hey ¿tienes hambre? — le preguntó al gatito, recibió un maullido de respuesta y se dirigió a la cocina a llenar el cuenco vacío del felino. La casa estaba vacía como siempre, su madre trabajaba la mayor parte del día y su padre bueno mejor que no estuviera. Se tumbó en su cama como tanto había deseado y se enredó en las mantas porque no había hecho la cama esa mañana. Una vibración en el bolsillo trasero de su pantalón lo avisó de que había recibido un mensaje.

rubén! • rubegetta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora