Prologo

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El inframundo se encontraba de fiesta. Todos los dioses habían sido invitados a esa gran celebración.

¡Un nacimiento! Hades, Dios de las tinieblas tenía a su quinceava descendiente, primera hija. Hija también de la deliciosa Afrodita.

Vino, música y muchos regalos para la pequeña que acababa de nacer. También críticas de otros dioses y por ahí un poco de odio proveniente de Persefone.

¡Su hombre! Ese que la había arrebatado de la tierra, de su verdadero amor y la tenía cautiva había tenido el descaro de meter a otra maldita diosa a su cama ¡Y embarazarla!  La mujer de negra melena se encontraba totalmente rabiosa. Ahora odiaba más a su esposo de lo que lo hacía antes.

— ¿Cual es su nombre? — preguntó el pequeño Hércules asomándose a la cuna. Hades sonrió.

— Cassandra.

— Es un interesante nombre. — murmuró el pequeño. La diosa sonrió viendo los ojos azules de su pequeña Diosa, era la más hermosa de toda la descendencia que había dejado.

Persefone lloraba con una copa del mas fino vino en la mano. Cuanto deseaba matar a esa niña, ella no podía tener descendencia y el iba y la buscaba con la Diosa mas pedante e irritante.

— ¿Por qué no brindas? — Cuestionó Eris. Su cabello dorado hasta el suelo caía por su espalda y sus ojos verdes brillaban con maldad.

— No brindaré si no estoy feliz.

— ¡Es también tu hija! ¿Quien crees que va a criarla? Afrodita odia a los niños.

— No criare a esa mocosa. La voy a matar antes de eso. — confesó. Eris sonrió y del otro lado vio a su mellizo con una sonrisa, Ares disfrutaba desde la distancia.

— Hades te haría sufrir mucho. Hace tiempo quiere a una niña. — Perséfone tembló. — Haz el brindis. Uno muy duro... las palabras tienen poder.

— Quiero hacer un brindis. — dijo tocando la copa de vino.

— ¡Adelante! — Dijo Zeus con una sonrisa. Tan estricto como juguetón era aquel Dios del rayo con más de 50 hijos e hijas con mortales.

— ¡Brindo! Por los dioses arrogantes y las diosas pedantes — los dioses guardaron silencio ante eso, Eris sonrio.— Brindo por el dolor que ella sufrirá. Porque sufrirá mucho... Por arrebatármelo todo ¡Sufrirá! Más de lo que yo estoy sufriendo.

Sus palabras fueron cortadas por sus sollozos. Mientras Eris reía del caos que había causado y Ares aplaudía por la guerra que iniciaría.

El juego de cupidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora