Encuentros

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Al día siguiente, estaba muerto de cansancio, había estado dando vuelta a la cama debido a mis pensamientos que no me dejaban dormir con tantas dudas de que pasaría en los próximos días. Mientras caminaba a la escuela, bien temprano, sentía que el peso de mi cabeza incrementaba y mi cuello no era capaz de sostenerla en alto, así que estaba constantemente viendo el piso. Mientras cruzaba la avenida de mi escuela, recuerdo que, un compañero tiro de mi campera hacia atrás, lo cual me hizo tropezar y caer, al principio estaba enojado pero cuando levante la cabeza vi pasar un camión de basura el cual estaba tocando bocina, me levante con la poca fuerza que me quedaba y me voltee para ver quién me había salvado la vida, resulto ser un chico de mí misma escuela pero que nunca había visto, alto, castaño y de ojos verdosos fuerte, parecía ser menor que yo y tenía un pirsin en la nariz del lado derecho que resaltaba mucho, a pesar de su color plateado.

-Estas bien? ¿No viste venir ese camión? - me dijo entre gritos.

-ahh...no, no lo vi-bostecé- venia pensando en otra cosa.

-Tenes que fijarte cuando cruzas la calle, no te lo enseñaron de chico?

-emmm...si, pero estoy muy dormido, de todas formas, gracias por salvarme la vida- le estreche la mano con firmeza-a todo esto, como te llamas?

-Me dicen rulo, y creo que te voy a acompañar hasta la escuela, no te ves muy despierto todavía.

-Gracias de nuevo, a mí me dicen memo, voy a ultimo año de la carrera de bachiller.

-ahh, yo voy a 5to año de economía, no serás el chico nuevo no?

-emmm... si lo soy, ya soy tan conocido en la escuela?

-pues sí, sos conocido como el chico raro que entro en el último año.

-wow, acabo de ingresar a esta escuela y ya me dicen raro-bostece y me rasque los ojos- ya no sé qué esperar.

-Al menos saliste bien parado con los apodos, no como el chico rana, o la chica frente o...bueno, a partir de eso se pone triste la cosa.

-Dios, quien pone esos apodos tan atroces?

Llegando al arco de entrada de la escuela el me tomo por el hombre, me giro hacia él y los dos nos apartamos de en medio.

-Tu curso, ellos son los responsables de la vida social de casi todos en la escuela, ósea que si pisas en falso ellos son los encargados de hundirte, socialmente hablando.

-En serio? ¿Tan mal curso me toco? Esto me cambia mucho el punto de vista.

-sii... Espero que no te pase nada "malo" dentro de esa aula, pero cualquier cosa puedes venir a buscarme a mi aula, estoy a dos aulas e la tuya, creo, es el aula 59.

-gracias, pasare en cuanto tenga tiempo.

Luego de esa corta charla, subí hasta el tercer piso donde se encontraba mi aula, al entrar ya estaba todo el curso sentado, esperando al profesor, o haciendo tiempo hasta la llegada de este. Yo me dirigí a mi lugar con la cabeza baja, aun medio adormilado, y cuando llegué a mi banco vi, a mi parecer, la más grotesca y gran obra artística de bullying que haya visto en mi vida, habían escrito con marcador negro grueso la palabra" Rarito" en letras tipo grafiti, seguido de unos dibujos de stickman cogiendo entre si con la leyenda "yo y tu mamá todo el día, todos los días", mi cabeza estaba lo suficientemente alejada de la realidad como para no reaccionar a esta provocación, que solo me senté y repose sobre el banco escrito hasta que llego el profesor. Al pasar unos minutos, apareció por la puerta un viejo canoso y arrugado, que decía ser el profesor de turno, levante mi cabeza con la pesadez de la tierra y saque mi cuaderno solo para escribir mis historias y una rutina de mis acciones para los siguientes días. Pasaron las primeras tres horas y sonó la campana del recreo, tome mis auriculares y baje las escaleras, pensé en visitar a rulo pero me pareció inapropiado, parecería raro y desesperado, así que decidí pasearme por el kiosco , era un lugar mínimo y sin mesas para sentarse, todos se empujaban para llegar a la barra y pedir cosas, además de las aberraciones de los precios por las cosas que vendían, era un robo a mano armada, pero era el único lugar para comprar comida dentro del colegio. Cuando estaba por comprar sobre la barra, sentí unos golpecitos en el hombro desde atrás, al girarme vi a rulo acompañado de una chica pelirroja con rulos hasta la cintura, pálida y pecas sobre sus pómulos.

Café para dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora