Maratón CNCO [1/5]

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Narrador Omnisciente:

El joven de ojos verdes entró por la puerta de aquel salón luciendo totalmente radiante como siempre. Con una sonrisa hermosa, digna de ser modelo de comercial de pasta dental. Caminaba detrás de los adultos hasta llegar a la mesa, y tomar asiento. Corrió su mirada por todo el lugar y negó con la cabeza entornando los ojos.

Erick, era un chico demasiado apuesto al juicio de todo mundo. Educado, caballeroso. Y sólo contaba con 17 años de edad. Hijo de uno de los más grandes empresarios de Miami. No se quejaba de su nivel social, tampoco de su economía, incluso, ni siquiera lo hacía por el mucho o poco tiempo que pasaba con sus padres. Pero si se quejaba de que siempre tenía que ser arrastrado a las aburridas y largas reuniones y fiestas — Si así se le podrían llamar — que sus padres o socios de ellos organizaban.

Totalmente aburrido, al notar que ya sus padres habían entablado una plática, que estaba seguro se extendería a unas horas, con una pareja. Se escabulló pasando desapercibido de la atención de sus padres. Río un poco al darse cuenta de que ya estaba frente a la barra, y sus progenitores ni cuenta se habían dado de que no estaba en la mesa.

Tomó asiento en una de las altas sillas e hizo un ademán con su mano, llamando la atención del Barman.

— Un Wisky, por favor — Pidió desviando la mirada a la entrada. Rezaba porque llegara una linda chica para pasar el aburrido rato. Su mirada estaba fija en dirección a la entrada del lugar como si fuera lo más interesante del mundo. Pero el sonido del vaso de vidrio, chocando contra la madera de la barra lo sacaron de su pequeño trance. — Gracias — Se limitó a decir el cubano.

Llevó el vaso a su boca, y el líquido corrió por su garganta quemándola un poco. Desvío su mirada a un lado de él, cuando una rubia de ojos azules y cuerpo bastante bonito a decir verdad se posó delante de la barra. La chica le dirigió una mirada coqueta acompañada de una sonrisa fugaz y regresó su mirada al frente donde le pedía al Barman “Algo suave para empezar” recalcando exactamente sus palabras.

— ¿Quieres emborracharte lentamente? — Bramó él en dirección a la hermosa chica.

— Algo así — Rió encogiéndose de hombro con un deje de diversión.

— Soy Erick Colón — Extendió su mano con una sonrisa, frente a la chica.

— Soy Alison Weins — Estrechó la mano del cubano de forma cortes — Un gusto — Sonrió un poco.

— Él placer es mío hermosa — Besó su mano coquetamente. Definitivamente esa noche abría un poco de diversión.

[•••]

Media hora había pasado, y los 2 jóvenes estaban en la pequeña pista donde algunas personas yacían bailando. Con una sonrisa el cubano se balanceó de un lado al otro, siguiendo el compás de la música. Sonrisa la cual desapareció de su rostro, tornándolo en una mirada confusa, al haber visto a aquella chica.

Su mirada recorrió el pasillo por el cual la figura de la chica aquella desapareció. Automáticamente y sin darse cuenta, sus pies se detuvieron. La rubia con la que bailaba, que se le había olvidado por completo, se apartó un poco de él y lo miro con el entrecejo fruncido.

— ¿Pasa algo? — Preguntó mirando hacía donde la vista del cubano estaba posada.

— Tengo que irme, lo siento, fue un placer conocerte — Farfulló él ojiverde sin siquiera mirar a la muchacha. Y sin dejarla tan siquiera despedirse, se marchó ignorando sus llamados.

Caminó en dirección al pasillo y entró, siguiendo al final, hasta que escucho esa voz, proveniente de aquella habitación frente a él. La puerta estaba entreabierta y la curiosidad del cubano lo hizo asomarse por esta.

Reacciones, Imaginas Y Más... CncoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora