Era víspera de navidad, la ciudad brillaba bajo la densa capa de nieve aquella tarde, algunas luces multicolores sobresalían de los tejados de las casas y otras tantas decoraban los pinos en los jardines, la escarcha posada sobre el piso cual manto reflejaba su destello, el piso parecía estar hecho de diamantes.
En la gran casa de los Parker, Peter y su hermano Harley decoraban de manera rigurosa el gran árbol de Navidad que su tía May había mandado a colocar en medio de la gran sala.
Para los jóvenes, era la primer Navidad sin sus padres, después de su inesperada y trágica muerte May los había acogido en su gran casa, pero no estaba siendo fácil para ella ni para ellos. Así que en un intento de hacer la situación más amena, May había decidido hacer una gran fiesta invitando a todos sus familiares y conocidos, creyendo que Peter y su hermano sobrellevarían de manera más amigable la Navidad.
Y cuando la gran casa estuvo vestida de cálidos colores y con un dulce aroma a manzana con canela, los primeros invitados llegaron; primas, primos, muchos de ellos adultos, entraron como ráfagas de viento llenando la sala con conversaciones y la orquesta que May había contratado comenzó a sonar inundando la sala de la casa señorial de la tía Parker.
Harley era un chico osco, apenas un año menor que Peter, pero tenía una actitud rebelde y testaruda desde la muerte de sus padres, en cambio su hermano era más delicado, más dulce, amable y temeroso. No siempre se llevaban bien, pero Peter ponía todo su empeño en mantenerse cerca de su hermano, pues sabía, que sólo se tenían el uno al otro.
El reloj cucú de la sala sonó anunciando las ocho horas, y como un viejo fantasma, el padrino Jake atravesó la puerta principal y se hizo un silencio sepulcral en la sala. Muchas cosas se decían de él; que era un viejo mago que recorría el mundo en pena por nunca haber tenido hijos, que había dedicado su vida a la magia y a los conjuros, que simplemente estaba loco o que tenía una gran fortuna escondida bajo sus zapatos. Lo cierto era, que al verlo, todos los niños corrieron hacia él encantados por su chispa y sus excéntricas y coloridas vestiduras.
Peter y Harley fueron más tímidos y se quedaron cerca del árbol contemplando cómo tras el tío Jake el servicio de la tía May cargaba cajas y cajas que presumiblemente eran de regalos.
Cuando el tío Jake terminó de repartir regalos entre los niños que asistieron, comenzó a repartir regalos entre los grandes; desde lujosos vestidos y trajes, hasta collares preciosos, y para la Tía May, joyas y anillos fueron envueltos con delicadeza.
—¿En dónde están mis sobrinos?— preguntó Jake hacia su exmujer con un ápice de coquetería en su voz
—Bajo el árbol, te ven como si fueras Papá Noel— agregó May con una ligera sonrisa
—Quizás lo soy.
—No creo, el señor Klaus jamás dejaría a su esposa por meses en busqueda de tontas aventuras— atacó May de manera pasivo-agresiva hacia el primero de sus tres ex-esposos.
Jake rió ante las palabras de May, dio media vuelta y se acercó a los niños con dos cajas envueltas en brillante papel rojo. Apenas se acercó a los chicos y los distinguió al instante.
—Tú debes ser Harvey— Jake se acercó al chico y le entregó una de las cajas. —Esta es para ti; un niño muy valiente
Harvey abrió el regalo y encontró una docena de soldaditos de plomo con sus trajes finamente detallados.
—¡Los pondré a combatir contra los enemigos! — aseguró el menor acercándose a la chimenea para ponerlos en formación
Jake se quedó con Peter, de manera tierna acarició su cabeza y le entregó la segunda caja.
—Y tú eres Peter, el de buen corazón
Peter sonrió apenado y abrió lentamente la caja, descubriendo dentro de esta múltiples piezas de preciosa porcelana que formaban figuras de bailarines de ballet.
—Son... ¿Son decoraciones para el árbol de navidad?— preguntó acariciando las figuras, se preguntó si su tío/padrino Jake sabía lo mucho que le gustaba el ballet. La tristeza lo invadió; no había bailado desde que murieron sus padres y se preguntó si podría hacerlo de nuevo.
—Sí — afirmó Jake — Algún día formaron parte de la decoración en un prospero y feliz reino.
—Yo... Gracias, sé que a May le encantarán
Jake pensó un momento y acarició una vez más el cabello del joven
—Tienes razón, estos son más decoración para May que para un chico como tú... Menos mal que tengo algo muy especial para ti– Jake le mostró una caja envuelta en papel brillante rojo y Dorado que de manera inmediata llamó la atención de Harvey desde la chimenea.
Peter tomó entre sus dedos la caja y lleno de ilusión cuidadosamente la abrió, descubriendo en su interior un precioso soldado de cascanueces tallado en madera de pino, pintado detallada y finamente.
—Es hermoso— susurró viendo el utensilio
—Le perteneció a un gran rey y su hijo, todas las navidades lo colocaban al centro de la mesa— explicó Jake entusiasta — Era una tradición
—¿Es el mismo rey de los bailarines de porcelana?— preguntó Peter ilusionado
—Sí, de hecho es el mismo
—¿Y porqué me estás dando sus cosas?
—El rey murió, y este año no celebrarán navidad porque el reino... Bueno, está en decadencia.— Jake le restó importancia al asunto, pero el corazón de Peter se contrajo de manera violenta al imaginar el hecho, tomó entre sus manos delicadamente al cascanueces y lo abrazó.
—Mis padres murieron, este año tampoco hay navidad para mí... Pero no tienes que estar sólo Cascanueces, yo cuidaré de ti— susurró sintiendo repentinamente que el soldado de madera también estaba triste.
Jake sonrió y lentamente se alejó del joven dirigiéndose hacia May.
Conforme la noche avanzaba, Peter platicaba más con el utensilio, le contaba que él también solía cenar feliz con su familia, le contaba que estaba triste, que esta navidad no se sentía como tal y que en su corazón era como si también hubiera perdido todo un reino.
La orquesta que May contrató comenzó a tocar a Chaikovski, Peter recordó todo el tiempo que pasó bailando junto a su madre, lo dichoso que su padre lucía contemplandolos y casi sin darse cuenta, comenzó a girar con el cascanueces en manos.
Parecía la perfecta sincronía de dos plumas, Peter se movía de manera lenta y fluida, sus manos luciendo con gracia y sus ágiles piernas posandolo como una escultura tallada por un celoso artista. Y cuando Peter abrazó una vez más al cascanueces sintió un latido proviniente del pequeño pecho de madera. Pero antes de poder hacer algo al respecto, su hermano Harvey se acercó a él y de una manera violenta intentó arrebatar el cascanueces de sus manos, sin embargo, lo había abrazado tan fuerte que el intento de Harvey fue infructuoso, y culminó un Peter que perdiendo el equilibrio calló con un cascanueces roto al que le faltaba su brazo derecho.
Y como con la muerte de sus padres, Peter sintió el dolor y la navidad resbalandose como agua entre sus manos.
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El Cascanueces (STARKER)
FanfictionPeter recibió un curioso utensilio de regalo; Un cascanueces que está pagando una pena bajo un frío caparazón de madera. Una historia de amor, la decisión de ser valientes y la importancia de la familia.