El Cascanueces (STARKER)

5.- Enfermo

-Tu corazón está lastimado, pero ahí está, sino, no latería como lo sentí, yo sé que serás un buen rey- susurró Peter tomándole de la mano

- Odio navidad, hay tanto dolor... Ya no tiene sentido nada, todo es vanidad, egocentrismo, mañana es navidad y no podría importarme menos

- Conozco ese sentimiento- admitió Peter -Es un mundo injusto en el que vivo, hay mucho dolor, sufrimiento y tristeza...

En ese momento una gran estrella brilló en el firmamento y las pequeñas hadas comenzaron a revolotear por el lugar.

-¿No nos queda nada?

-Nos queda la ilusión Anthony, la ilusión de darle un pequeño regalo a quienes amamos, la ilusión de compartir una comida con la familia que aún nos queda, la ilusión de hacer algo bueno por un extraño... Hay cosas que aún no hemos visto, cosas que aún no hemos hecho, y un acto de bondad desinteresado siempre provocará otro... Quiero regresar a casa y darle un abrazo a May porque yo perdí a mi padre pero ella también perdió a su hermano, quiero regalarle a Harley el libro de "El principio" porque él no conoce la ilusión de levantar la vista al firmamento y preguntarse si la rosa sigue con vida... Tienes que regresar y ser rey, que el corazón roto que te dejó Steve no impida que seas la luz en el camino de todos los habitantes, tienes que construir las casas de jengibre y veras que tu padre desde donde se encuentre, estará maravillado con tu felicidad... Celebra la vida Tony, y honra a los que ya no están.

Peter estaba tan ilusionado con lo que su corazón gritaba, que abrazó sin pensar a Tony

-Tienes razón hay una persona que pude quitarme la forma de cascanueces y devolverte a tu mundo...- el Cascanueces tomó el rostro de Peter con genuina alegría-Es el Rey de chocolate, vive al otro lado de las montañas.

-¡Pues vamos!- animó el menor levantándose- caminemos toda la noche si es necesario

Y así lo hicieron, caminaron guiados por la luz de la luna, confiados de que al cruzar la montaña en el reino de chocolate, habría una esperanza para ambos.

Al llegar los primeros rayos de luz, y subieron la montaña, lograron ver el castillo hecho de chocolate, tan majestuosamente tallado como para ser digno de reyes.

-Ese es el castillo Pet...

Las palabras del Cascanueces se vieron interrumpidas por la tierra que comenzó a temblar bajo sus pies, al girar, notaron un gigante de roca que se acercaba a ellos con furia.

-Es el rey rata, ha usado su cetro para darle vida- informó Tony corriendo con Peter de la mano- ¡Solo el príncipe de chocolate puede salvarnos!

Ambos corrieron, sin embargo al bajar la montaña, notaron que un gran lago de leche congelada los detenía de llegar al castillo.

-Vamos Peter, tendremos que cruzarlo, es la única manera- animó el Cascanueces pisando el hielo, sin embargo, al dar unos pasos más a la profundidad, el hielo se rompió bajo él y calló perdiéndose dentro del inmenso lago.

-¡No! ¡Castanueces!- imploró Peter viendo como el gran gigante de piedra entraba al río y rompía el hielo hasta encontrar al muñeco de madera.

Peter lloró al contemplarlo, Anthony inerte siendo cargado por el gigante en dirección desconocida ¿podía estar muerto? No podía perder a alguien más, así que decidido, corrió tas el gigante, siguiéndolo hasta lo que una vez fue el castillo del Rey de Caramelo, el padre de Tony.

Cuando el gigante de piedra llegó al castillo se presentó frente al Steve "El rey Rata" y dejó al Cascanueces en el piso. Anthony Lucía enfermo, la madera no debería mojarse, por lo tanto tras haber caído en el río de leche, todo el cuerpo del Cascanueces -hecho de madera- comenzaba a hincharse, aplastando su corazón.

-Tony, mi rey- se burló Steve al verlo mojado -¿Quién creería que estabas tan necesitado de afectó que al mostrarte la mínima atención caíste rendido?

-Juraste que me amabas, pero no es así, amabas la riqueza de mi padre, amabas el puesto que te dio, amabas ser más que una simple rata, siempre odiaste tu naturaleza... Me viste débil y me usaste.

-No te equivoques Cascanueces- bufó Steve- yo te amaba, pero cuando se me dio la oportunidad de elegir entre un idiota con problemas emocionales y un reinado con poder... Bueno, no fue difícil elegir.

-No mientas, no me amaste

-Lo hice, aunque lo niegues, te amé Tony, de no hacerlo te habría matado... Pero ahora que ibas a buscar al rey de chocolate para derrotarme, me temo que tendré que dejar que la madera aplaste tu debil corazón ¡Ratas! Llevenselo al calabozo, déjenlo morir ahí.

El Cascanueces no pudo moverse, sus piernas repentinamente no lo obedecían, y se dejó arrastrar por las ratas con él corazón roto siendo presionado cada segundo más por la madera de su torso.

Cuando llegó al calabozo y pasó las primeras horas en el lujubre y húmedo lugar, pensó mucho. Pensó en lo que habría podido hacer de su reino, pero sobretodo en Peter, porque él no tenía un reino, pero tenía una familia aún - más pequeña- pero era su familia, y lamentó no poder estar en la cena navideña para poder verlos juntos.

-Ojalá hayas encontrado al príncipe de chocolate Peter, ojalá estés en ti casa... Para ti aun hay oportunidad- murmuró el Cascanueces como un último deseo de navidad

-No quiero ir a mi hogar si no me aseguro que tu tendrás el tuyo- murmuró Peter que ya había llegado al calabozo tras seguirlo

-No hay esperanzas para mi Peter, mi corazón duele, está siendo presionado por la madera... Pronto no podrá latir

-Me quedaré contigo Tony hasta que encontremos una forma- juró Peter abriendo el calabozo con un par de llaves que había robado- y si no hay forma, prometo estar aquí hasta que tu corazón deje de latir- susurró abrazando al Cascanueces con delicadeza mientras un par de lágrimas se desbordaban por sus mejillas- Porque le diste sentido no sólo a la navidad, sino a la vida... Y eres la luz que necesitaba, aunque sólo veas obscuridad en ti, eres luz para mi...- Peter se inclinó y suavemente besó los labios de Tony, sintiendo el amor en cada célula de su piel.

-Muy bonita platica- murmuró el hombrecillo ruso de bastón de Caramelo haciéndose presente entrando al calabozo - Príncipe Stark, lamento no haberlo reconocido antes, pero un amigo siempre ayudará a otro y el cetro del rey rata podrá devolverlo a la normalidad... Solo necesitamos una bonita distracción- murmuró lanzandole a Peter un traje de chocolate con unas bellas zapatillas