extra #2

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hey, hola :D. ¿que tal? aquí traigo un one shot newtmas, esta inspirado en otra historia, por lo que casi no es mio.
ojalá les guste. :3

. . .

el trayecto a las vegas fue toda una aventura. las primeras dos horas las pasamos imaginándonos la boda perfecta al estilo de esa ciudad. newt estuvo retorciéndose las puntas de su pelo, mirandome con las mejillas sonrosadas y una sonrisa de felicidad que hacía mucho que no veía.

  —me pregunto si de verdad será fácil casarse en las vegas así, de improviso. como rachel y ross, de «friends» —se preguntaba sin dejar de mirar la pantalla de su móvil.

  —lo estás mirando en google, ¿no? —inquirí. le puse la mano en el regazo y bajé la ventanilla del coche de alquiler.

  en algún punto a las afueras de boise, idaho, paramos a repostar y a comprar algo de comer. newt estaba durmiéndose, tenía la cabeza echada hacia adelante y se le cerraban los párpados. paré el motor en el área de servicio llena de camiones y lo sacudí con suavidad de un hombro para despertarlo.

  —¿ya estamos en las vegas? —preguntó medio en broma, sabiendo que apenas si habíamos recorrido la mitad del camino.

  salimos del coche y lo seguí al baño. siempre me han gustado este tipo de gasolineras. están bien iluminadas y tienen buenos aparcamientos. es difícil que a uno lo asesinen o algo peor.

  cuando salí del baño, newt estaba de pie en uno de los pasillos de bollería y aperitivos, con los brazos llenos de comida basura: bolsas de patatas fritas, chocolatinas y tantas bebidas energéticas que parecía que se le iban a caer.

  me quedé atrás un momento, contemplando al hombre que tenía delante. el hombre que iba a convertirse en mi esposo dentro de unas pocas horas. mi esposo. después de todo por lo que habíamos pasado, después de lo mucho que habíamos peleado por un matrimonio que, para ser sinceros, ninguno de los dos creía posible, estábamos de camino a las vegas para hacerlo legal en una pequeña capilla. a los veintitrés años, iba a convertirme en el marido de alguien, en el marido de newt, y no era capaz de imaginar nada que pudiera hacerme más feliz.

  a pesar de que era un cabrón, iba a tener un final feliz con el. me sonreiría, con los ojos llenos de lágrimas, y yo haría algún comentario mordaz sobre el doble de elvis que iba a oficiar la ceremonia.

  —mira todo esto, thomas. —newt señaló con un codo la montaña de chucherías.

  llevaba puestos unos pantalones y una sudadera con el logo de coca-cola. eso era lo que iba a llevar puesto el día de su boda. aunque tenía pensado cambiarse cuando llegáramos al hotel, no iba a llevar un smoking como el que yo siempre había imaginado.

  —¿no te importa no tener un smoking? —le pregunté de sopetón.

  abrió los ojos sorprendido, sonrió y negó con la cabeza.

  —¿y eso a qué viene?

  —curiosidad. estaba pensando que no vas a tener la boda de ensueño que tanto deseabas. no habrá flores ni nada.

  me dio una bolsa de palomitas dulces naranja chillón. un viejo pasó entonces junto a nosotros y le sonrió a newt. sus ojos se encontraron con los míos y apartó la vista rápidamente.

  —¿flores? ¿en serio? —me preguntó el poniendo los ojos en blanco mientras echaba a andar, ignorándome al ver que yo también los ponía.

  lo seguí y estuve a punto de tropezar con un niño de paso vacilante con unas deportivas con luces que iba de la mano de su madre.

  —¿qué hay de minho? ¿y de tu hermana y chuck? —insistí—. ¿no quieres que estén presentes?

  se volvió hacia mí y pude ver que newt pensaba que sería diferente. durante el trayecto, nos cegaba tanto la emoción de haber decidido casarnos en las vegas que los dos nos olvidamos de la realidad.

  —ay… —suspiró y se me quedó mirando fijamente mientras me acercaba.

  al llegar a la caja registradora supe lo que estaba pensando: minho y su hermana tenían que estar presentes en su boda. eran imprescindibles.

  pagamos la comida basura y la cafeína. bueno, de hecho, el insistió en pagar y yo lo dejé.

  —¿todavía quieres hacerlo? dime la verdad, newty. podemos esperar —le aseguré mientras me abrochaba el cinturón de seguridad.

  abrió la bolsa de palomitas de maíz naranja chillón y se echó una a la boca.

  —sí, quiero —insistió.

  pero no me parecía bien. sabía que deseaba casarse conmigo y sabía que yo deseaba pasar el resto de mi vida con el, pero no quería que empezara así. quería que nuestras familias estuvieran allí, que formaran parte de ese momento. vi el modo en que se le iluminaba la cara mientras me contaba orgulloso cómo ayudó a organizar la boda de minho.

  quería que todo fuera perfecto para mi newt, así que cuando, media hora después, se quedó dormido, di media vuelta y deshice el camino hacia la casa de minho. cuando se despertó, sorprendido pero sin poner el grito en el cielo, se desabrochó el cinturón, se encaramó en mi regazo y me besó mientras las lágrimas le rodaban por las mejillas.

  —dios, cuánto te quiero, thomas —me dijo pegado a mi cuello.

  permanecimos una hora en el coche, con el sentado en mi regazo. cuando le dije que quería que chuck tirara arroz en nuestra boda, se echó a reír y comentó que seguramente lo haría con mucha precisión, grano a grano.

Weadas DylmasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora