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RAMÉ capítulo dieciocho ;; ángel
« un sabio dijo: fingimos sonrisas para ahorrarnos preguntas. »
☄️
DOLORES:
ya habíamos llegado a nuestra casa temporal, era bastante amplia para la cantidad de personas que éramos, moderna, y a pocos pasos de la playa, dándonos una vista increíble, ser famoso tiene sus ventajas.
dejamos todas las valijas por ahí porque ni ganas de ordenar todo, así que algunos decidieron tirarse a dormir ya que era muy temprano para hacer cosas productivas, mientras manuel y yo tomábamos mate en el balconcito de la casa, era de madera y justo nos daba la vista a la playa. me gustaba hablar con él, era un pendejo muy centrado en lo que quiere, cuerdo, muy culto, tiene conocimientos de todo lo que te imagines, y es re tranquilo, bastante contrario a Mateo, no quiere decir que éste segundo sea malo.
—¿y vos qué onda con valenchu?—reí por el apodo tonto que tenía, si bien era un pibe re tímido como yo en algún momento lo fui, creo que eso nos ayuda a entendernos más, y a soltarse, ya que a mí me hablaba con toda confianza.
—no hay ninguna onda con tu valenchu. —respondí encogiéndome de hombros mientras le cebaba un mate, el airecito que corría, y éstas charlas eran todo lo que estaba bien, no sabía cuánto necesitaba relajarme después de un año tan arduo.
—daaa, se re nota que se tienen ganas. —reí exageradamente, negando de vuelta.
—no flayes pibito, las flores te te afectan. —recibí el mate junto con una expresión de "no me jodas" pero lo cierto es que no había nada entre valen y yo, nos besamos una vez y listo.
justo cuando iba a hablar de nuevo, preguntando sobre sus temas nuevos, un par de risas interrumpieron nuestra conversación.
ángela y valenchu. venían abrazados y se sentaron delante nuestro, hablando sobre algo muy gracioso, al parecer, ya que ni siquiera se dieron cuenta de nuestra presencia.
—oh, dale ángel, devolvemelo. —pidió con suavidad valentín, estirando su mano hacia el celular que tenía ella.
ángel...
que apodo tan hermoso, yo solo tuve dolores de cabeza.
cuánto amor, se nota la diferencia.
aún así sonreí al verlos, por más que me doliera en el alma no ser yo la que lo abraza, que sea feliz a mí me basta.re trola pero bueno, es lo que hay.
