Abro mis ojos y lo primero que encuentro es la mirada preocupada de Mónica sentada frente a mi.
¿Qué ha pasado? ¿donde estoy?
-Camille, chica ¿estás bien?.
Observo a mi alrededor y se que me encuentro en mi habitación sobre mi cama con la ropa de la clase aún puesta, no tengo idea de como habré llegado aquí y lo último que recuerdo es haberme desvanecido sobre los brazos de Leo.
Como si Mónica pudiera leer la mente responde a mi pregunta.-Leo te trajo hasta aquí, con mi ayuda claramente. No habría sabido cual era tu habitación.
-¿Leo me cargo?. - es lo primero que pronunció luego de lo ocurrido, pero me arrepiento al instante y cambio la pregunta, me siento estúpida por preocuparme sobre si me tuvo entre sus brazos o no y de que halla sido una molestia para él, mientras lo pienso caigo en cuenta de que no tengo idea de cuanto tiempo ha pasado desde que he estado inconsciente.- ¿Que hora es?
-Tranquila Camille, solo han pasado unos minutos desde que te has desmayado. -habla rodando los ojos.- y si, Leo te ha cargado. -dice emocionada.- estaba tan preocupado por ti como yo, lo hubieses visto. Acaba de irse hace poco y me hizo prometerle que le avisaria cuando despertaras y le dijera sobre tú estado.
Vaya, ¿Porque el se preocuparía tanto por mi? Miro hacia un lado donde se encuentra el reloj sobre mi velador y me enderezo de la cama de un tirón.
-Mónica son las doce y veinte ¿cuanto tiempo llevó en realidad aquí? Me he perdido por completo la clase de contemporánea. ¡Ay no! Esto es muy malo David me suspendera.
-Bueno en realidad si ha pasado un poco más de tiempo que un par de minutos, pero te veías tan plácidamente descansando que no te he querido despertar. -dice con la mirada culpable, ablando mi mirada hacia ella y le tomó la mano en forma de agradecimiento.
-Un momento, si yo me he perdido de la clase tu también te la has perdido, de hecho ¿donde estabas esta mañana? No te vi.
-Bueno iba llegando tarde y es justo el momento en que te vi salir con Leo sobre sus brazos, ¿no es romántico? -ruedo los ojos- Además estaba cansada de tantos ejercicios toda la semana ¿qué tipo de persona sería si te hubiese dejado aquí sola? Debía serciorarme de que despertaras bien.
-Gracias -es lo único que sale de mis labios.
-Da igual. -dice con un gesto en la mano quitandole importancia- Por cierto ¿Qué te ha ocurrido en realidad? Nunca te has desmayado en ninguna clase bueno en realidad desde que te conozco...
Mónica tenía razón, en realidad nunca me había desmayado frente a ella, gracias a Dios, pero eso también significaba que nunca me había abierto lo suficiente hacia ella como para rememorar mi pasado o que ella haya descubierto alguna de las marcas recientes en mi cuerpo. Me divido entre dos opciones: contarle la verdad o mentir.
-Esta mañana no he desayunado, es que me he quedado dormida y he salido como una flecha hacia el salón. -en realidad no estoy mintiendo estoy omitiendo la verdad y se que es mejor para las dos, ahora mismo no necesito recordar nada de nada sólo quiero despejar mi mente asi que me levantó de la cama.
-¡Hey, cuidado! -dice ella preocupada cogiendome.
-Tranquila mirame. -Me señaló.- no estoy enferma ya me siento mejor. -Me separó de su agarre. -sólo tuve un simple desmayo.
-Tienes razón pero debes comer algo, te traeré un sándwich.
-¡No! espera. -se da vuelta a pasos de la puerta.
-Solo quiero salir de aquí. -digo suplicando.
-¿Sabes? Tienes suerte de que sea viernes y que en la tercera y última clase del día la profesora Elisabeth se encuentre indispuesta. Ya nos hemos perdido las primeras dos, vámonos de aquí a mi apartamento y encarguemos un par de pizzas.
Le sonrió a mi amiga y agradezco tener alguien que me comprenda y me apoye cuando más lo necesito sin tener que dar un sin fin de explicaciones y sobre todo sin saber gran parte de mi vida, la tomó de la mano sin antes darle un beso en la mejilla y salimos juntas de mi habitación rumbo a su departamento.
...
-Es la mejor pizza que he probado en mi vida.
-Mientes. -la señalo- la semana pasada en ese lugar frente al muelle también dijiste era la mejor pizza que habías probado en toda tu vida.
-Esta bien, esta bien. Es la segunda aunque eso no quita el hecho de que sea deliciosa. -rio con ella.
Estamos en el departamento de Mónica, ella a diferencia de mi no se aloja en la Academia y por suerte sus padres pudieron pagarle un lugar en el que vivir, es grande y acogedor, Mónica es una chica la cual sus padres tienen dinero muchas veces me he quedado a dormir aquí hasta que un día me dijo que si quería podía irme a vivir con ella, no quise aprovecharme de su amabilidad así que rechace su invitación pero aún así sigo viniendo.
Comemos mientras vemos películas, el tiempo se nos pasa entre risas y chistes y cuando ya vamos en la tercera película del maratón que están dando en la televisión me percató que ya son las nueve de la noche, debería irme a la Academia a mi habitación pero no quiero a pesar de estar todo el día en el departamento de Mónica viendo la televisión y comiendo chatarra necesito distraerme más, quizás una salida nocturna no le hará mal a nadie.
-Sabes, estaba pensando... quizás podríamos salir de fiesta, a divertirnos.
-Camille no creo que sea una buena idea, esta mañana no te encontrabas muy bien y...
-Pero era sólo por no haber desayunado, mirame ahora ya he comido lo suficiente, me haz visto. -la señalo parandome del sillón y apagó la televisión.
-!Oye! -se queja- ya iba en la mejor parte.
La tomó de los brazos y la levantó.
-Por favor. -la miró colocando ojos de cachorrito.
-Oh no coloques ojos de cachorrito, no me convenceras. -mira hacia un lado y hago un puchero buscando su cara.
-¡Por favor! No quiero volver a la Academia, no quiero volver a mi triste y aburrida vida. -digo tirandome con los brazos extendidos al sillón nuevamente.
-¡Ay pero que dramática!. -cruza los brazos.- Esta bien haremos algo. -Me levantó dandole toda mi atención.- en cuanto te sientas mal me lo dirás y nos iremos enseguida nada de un minuto más.
-¡Hecho!, ahora necesito un vestido. Voy por el verde. - grito mientras corro hacia su habitación para cogerlo.
-¡No, Camille! ese me lo pondré yo. -ríe mientras me alcanza.
Tomó el vestido verde de su armario tan rápido como llegué y me subo a la cama manteniendolo en alto.
-Esta bien puedes quedartelo. Después de todo el verde no te sienta tan bien como a mí. -Me saca la lengua en una mueca y le tiró un colchón de su cama al rostro, toma un vestido corto negro de su armario semi transparente y lo observa con determinacion.
-Te quedará fabuloso. -Me bajo de la cama caminado hacia el baño para darle privacidad. Comienzo a quitarme la ropa para colocarme el vestido, no me molestó en ducharme ya lo hice en cuanto llegué al igual que Mónica mientras esperabamos la comida.
Me suelto el cabello y me miró frente al espejo, el vestido es corto demasiado corto para la imaginación pero me gusta, tiene unas delgadas tiras y un escote redondo, mis pechos se hacen notar aunque no lo suficiente, la tela es suave y cómoda como la seda y el color esmeralda resalta mi piel por completo. Me gusta como me veo frente al espejo estoy diferente pero sigo siendo yo, el vestido no es lo demasiado ajustado al contrario es suelto y cómodo para bailar.
Cuando salgo del baño me encuentro a Mónica en su habitación se ve hermosa, el vestido negro es ajustado, transparente en el abdomen e igual de corto que el mío, ambas nos damos miradas de aprobación hacia nosotras y sonreimos al unísono.
-¿Lista? -pregunto.
-Lista.
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Cuando te conocí
RomanceCamille es una chica que dejando atrás todo lo que algún día le hizo mal comienza a concentrarse en ella y su futuro. Viaja a Francia en donde se inscribe en una prestigiosa academia de danza y ballet es ahí en donde conoce a Leo uno de sus instruct...