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  Tengo miedo



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Creo que ya estaba lo suficientemente lejos para qué Jeon jungkook no me alcanzará, se que el es uno de los atletas de la escuela pero a mí parecer no corre muy rápido, o así pienso yo, aunque a todas las chicas de mi grado mueren por verlo sudar en las competencias de la escuela yo nunca me he fijado en como se vea, más bein nisiquiera lo mirada simplemente creí que era un niño rico y egoísta. Pero hoy día me hizo cambiar de opinión, me demostró su lado más débil haciendo que mi corazón cambiará aquella opinión que tenía sobre él, creo que nunca hay que juzgar un libro por su portada.

Llegué a un cierto lugar, tal vez a unas 2 cuadras de mi casa no estaba muy segura de dónde me encontraba, pero no soy buena corriendo así que necesitaba un descanso, me senté en una banca frente a una pequeña tienda tal vez esperando a que alguien pudiera llevarme en su espalda, cerré mis ojos soltando un suspiro de cansancio mientras calmaba mi respiración. Sentí como alguien me movía en su hombro como si me quisiera despertar, no hice mucho caso solo frunci mi entrecejo haber si me dejaba en paz, aunque no fue así al poco tiempo sentí como me cargaban y me llevaban en su espalda, me sobresalté al saber que alguien me estaba llevando, ya no espere más y abrí mis ojos sobresaltada quería saber quién era.

– no puede ser que duermas hasta en las calles, si que eres floja – estube atenta a su voz para ver si la reconocía pero estaba media dormida así que no logré reconocerla – solo duérmete pronto llegaremos a casa – su voz hizo que me tranquilice como si ya la hubiese escuchado en alguna parte pero no logro recordar –  

Estar en sus brazos me era tan familiar, como si alguna vez ya hubiese estado encima de el o ella, pero estaba más que segura que era un chico, aquella voz dulce hizo dormirme lo más rápido posible... Enserio siento que te conozco. Al poco tiempo ya había llegado a casa, con cuidado me dejó afuera de la puerta y sentía como me dejaba un beso en la mejilla y acariciaba mi cabello por unos segundos, creo que el sonido de la puerta hizo que saliera corriendo, tal vez no quería que lo reconocieran. Tal vez solo sea una persona muy amable que conocía mi dirección, ¿O era un secuestrador?

– ¡Oye tú! – el chillido de mi hermano hizo que me sobresalté y logrará golpearme con la puerta, cual era la necesidad de gritarme en la oreja –

– ¡Ah qué te ocurre! – me queje mientras tomaba mi cabeza con dolor ya que su grito no solo me despertó si no que también hizo que me golpeará con la puerta –

– ¿Tomaste? – se acercó a ella oliendo su cabello como si fuera un perro oliendo a su dueño –

– ¡Oye! Claro que no lo hice solo me dormí y llegué aquí – me aleje de él haciendo que soltara mi cabello, limpie un poco mi ropa y luego me levanté mirándolo fijamente –

Solo Puedo Verte ||Lizkook|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora