¿Recuerdas nuestra promesa?
Los dos chicos se volverán a encontrar en 2do año de secundaria, sin saber que ellos ya se conocían, hasta hoy 5to año de secundaria que solo están confundidos con sus vidas
Uno de ellos descubrirá la verdad, atrayendo...
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Aquel pequeño tenía que esperar a quien sea que viniera por el, casi siempre tenía que ser llevado por su maestra pero está vez tenía que esperar, su mochila pesaba y sus ojos se cristalizaban por qué las ganas de llorar no eran la excepción. Ya no había rastro de algún niño, el pequeño Minho estaba sólo como siempre solía ser, en el parque, en su casa y hasta en la escuela.
El sonido de una caja caer asusto al menor, tenía curiosidad del por qué había caído de la nada tal vez un fantasma se encontraba cerca. Su maestra favorita apareció detrás de el tocando el hombro de este, el contrario reaccionó rápidamente dando un brinco del susto y soltando un pequeño gritó. La carcajada de su mayor hizo reaccionar al pequeño el cual seguía sorprendido.
- Parece que aún no llegan por ti. - se levantó y tomo la mochila del más pequeño - No está bien que te quedes, tendré que llevarte a tu casa... Otra vez. - soltó un suspiro pesado pues necesitaba hablar con los padres del pequeño, no puede ser que se olviden de su hijo. Sabe que son unas personas ocupadas pero deberían de ser cuidadosos. -
Minho ya estaba acostumbrado a ser llevado por gente que conocía y que no fueran sus padres, la historia siempre se repetía para el menor y no podía quejarse pues de todas formas nadie lo escucharía, el es como una sombra era como un fantasma. En su casa lo ignoraban y en la escuela nadie jugaba con él, desearía ser escuchado por alguien... Cualquier persona.
- ¿Quien e... - corto sus palabras al ver a su hijo llegar con una desconocida, quién se atrevía a traer a su pequeño, al menos debía llamar. -
- Espero no se repita. - soltó la mano del menor aunque no quería dejarlo en manos de esa mujer tenía que hacerlo ya que ese pequeño no era nada mas que su alumno - Cuídate Minho - agregó ya saliendo de la gran casa, podía ver al pequeño con un temor en sus ojos, no quería quedarse con su madre. Tenía miedo. -
- Juro que te cambiaré de escuela, esa maestra no me ca.. -
- ¡Tu no me puedes cambiar de escuela! - eso no se lo esperaba, dejo tan sorprendida a su madre que tenía ganas de golpearlo, el pequeño escapó, esperaría hasta que su padre llegará necesitaba evitar a su madre de cualquier manera hasta sería capaz de escaparse. -
Tal vez paso lo suficiente para que esté se aburriera y saliera de su escondite, asomándose cuidadosamente hacia la puerta salió de puntillas para no hacer tanto ruido se sentía como en una película de espías dónde el protagonista tenía que encubrirse en una casa, se veía realmente tierno. Pronto escucharía los ronquidos de su madre pues ella se encontraba en el sofá con el control remoto en la mano y con la cabeza hacia atrás, parecía que se le iba a salir. Al ver que la puerta abrirse escapa como si hubiese cometido un crimen, el contrario no evita soltar una pequeña risa pues el pequeño se veía realmente tierno.
- ¿Por qué te escondes? - dijo una voz que rápidamente el menor pudo reconocer, sus ojos se llenaron de un brillo único y este no lo dudo y corrió hacia el más alto -
