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Una esperanza


A lo lejos logré escuchar un relámpago.... Parece que se aproximaba una tormenta, el simple sonido de aquel fenómeno natural hizo que lisa se despegará rápidamente de mis labios, quedé un poco sorprendido, tal vez se había asustado por el ruido pero comenzó a perderse en su mente. Estaba preocupado.

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Realmente no quería salir de aquel paraíso en el que me encontraba, quería seguir en sus labios... Enserio me gustaba mucho, no se que me ocurrió, sabía que no estaba asustada pero algo en mi corazón quiso separarse, una variedad de recuerdos se hicieron presentes en mi memoria que me perdí por varios segundos.

Era una niña pequeña recorriendo las calles de Seúl. Parecía pérdida.... mientras ella sollozaba las demás personas solo pasaban de largo sin ninguna intensión de ayudarla, las lágrimas no tardaron en recorrer toda su mejilla al igual que no tardó en entrar a un callejón desconocido. Aquella niña sentía como los nervios la tragaban, veía como sus manos temblaban y como su corazón palpitaba con mucha fuerza, estaba completamente pérdida. Pronto las tiendas cerrarían y ella no era capaz de pedir ayuda. Al poco tiendo logro ver a un niño de su edad. Parecía conocerlo, entre cerro sus ojos y aunque le costaba un poco, logro recordar a aquel niño de cabello castaño y baja estatura, trato de correr hacia el pero alguien detrás de ella la detuvo.

Un leve sacudo de hombros me saco de mis pensamientos, pues creo que me perdí por un largo momento, sacudí mi cabeza y al sentir la mirada de la persona de mi al frente decidí mirar y sonreír.

- creí que te había perdido - dijo de forma sarcástica sacándome una pequeña risa - aunque no creo que lo hagas ¿Verdad? -

"negué rotundamente, no quiero separarme nunca pues lo amo y prometo siempre hacerlo.... "

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- ¿Minho? ¿Te encuentras bien pequeño? - se acercó una de las profesoras más jóvenes ha platicar con aquel niño de la esquina pues parecía estar muy solo y sin compañía - oye, ¿Minho? - chasqueo la maestra frente a el pequeño logrando que este reaccionara -

- ¡Diga maestra! - se levantó el menor dando una pequeña reverencia y arreglando su cabello despeinado -

- su mayor no pudo contener la risa y mientras lo hacía el menor la miraba con un sentimiento de confusión. Ya calmada decidió cargar al pequeño y sentarlo en uno de los asientos del salón - ¿Por qué tan solo? - esta acaricio el cabello del pequeño ganándose una leve sonrisa del menor - ¿No vas a responder? - alzo una ceja con curiosidad y haciendo una carita triste lo miró - ¿Quieres un caramelo? - al ver al pequeño asentir con felicidad ella no lo dudo y de su mandil saco una paleta poniéndola en la mano de este -

- yo no estoy triste, solo pensaba en mi familia maestra Lee - dijo el menor lamiendo su paleta el cual lo hacía muy feliz -

- y... ¿Podría saber por qué pensabas en tu familia? - dijo sentándose a su lado y revisando los cuadernos de los pequeños, los cuáles se encontraban jugando por el receso -

- quisiera conocer a mi hermana, y mis padres todos los días pelean - dijo con voz baja y dejando su paleta a un lado ya que pronto una pequeña lágrima recorrería su mejilla -

- ¿Hermana, aquella que dibujaste? - pregunto. Al escuchar un bajo sollozó del pequeño volteo rápidamente a abrazarlo, quería protegerlo pues sabía que este no tenía a los mejores padres, siempre estaban ocupados y cuando quería hablar con ellos, estos nunca se presentaban, más que nada su madre... Solo la veía en las noticias como reportera y nada más. - no llores pequeño, sabes que los adultos siempre tienen sus razones, te prometo que nunca más volverán a pelear - lo dijo de forma que el menor se calmara lentamente, odiaba ver a un pequeño llorar ya que le recordaban a ella y más que nada Minho, pues era como verse a un espejo -

Solo Puedo Verte ||Lizkook|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora