capítulo 4.

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Empiezo a mover las caderas de lado a  lado al són de la música, mientras que paso mis manos por mi cuello y seguir bajando mis manos de forma sensual a mi escote para otra vez subirlos a alborotar mi cabello.

Sedienta después de terminar mi improvisado baile, me dirigo hacia la barra y pido un vaso de vino y un poco de whisky.

Cuando me lo entregan lo único que hago es mezclar las bebidas y de un solo sopetón bebermelo todo.

—¡Agh, diablos que fuerte!— exclamo por la fuerte combinación de bebidas.

Giro la cabeza y miro en dirección en donde esta Amelie y después de unos minutos la veo hablando y riendose con los chicos que me dijeron "problemática"

Los ojos de Eider se cruzan con los mios y yo rápidamente la aparto y es ahí donde veo como un chico de cabellos dorados y ojos grises se dirigen hacía mi.

Estoy empezando a dudar de la existencia de los Dioses.

Cuando el chico que es mi ex novio se para justo frente a mi, lo empiezo a ver doble.

—¿Acaso tienes un gemelo, Alan?—Digo justo cuando frunzo el ceño.

—Por Dios, mírate, estás ebria— Reprocha Alan mientras me levanta la barbilla impeccionandome.

Me quito de su agarre y lo miro con una expresión de enojo en el rostro.

—No estoy ebria.

—¿Dónde esta Amelie?— Pregunta ignorandome.

De pronto lo empiezo a mirar de verdad.

¿Porque antes no me di cuenta que tenía unos ojos hermosos? Me acerco mas hacia él, viendo el hermoso paraíso que tiene dentro. Veo su lunar, sus diminutas pecas, sus pobladas cejas, la piel de la mejilla sonrojada.

Mi vista se dirige a sus labios y nunca había deseado con fervor besar unos carnosos labios como los de el.

Definitivamente no tuve que haberle terminado.

Mi mano se dirige a su mejilla y le acaricio con suavidad, mis ojos se encuentran con los suyos, haciendo miles explosiones de mariposas dentro de mi.

En su mirada se distingue un brillo de deseo.

—Quiero besarte— Le susurro.

A pesar de la música se que lo escucha, porque, inmediatamente el brillo de deseo que tenía antes, se apaga.

—Yo también quiero besarte, pero créeme, no me besaras en esas condiciones. Cuando nos besemos quiero que estés sobria y en tus cinco sentidos, quiero que me beses por tu propia voluntad. No cuando el alcohol te domina.

Lo miro dolida.

Justo me agarra de la muñecay me arrastra a algún lugar, mis pies tropiezan en si pero hago todo lo posible para no perder el equilibrio.

La gente sigue bailando para olvidar su presente, beben para olvidar sus penas y devisten sus cuerpos para sentirse amados.

                                  💑

Reconozco el auto de Alan, un Mercedes color negro. Cuando llegamos me abre la puerta copiloto y obediente, entro. Él rápidamente rodea el carro para finalmente sentarse en el copiloto.

—¿Y mi amiga?— Le pregunto cuando estamos solos.

—Le enviaré un mensaje de que te llevaré a tu casa— Dice para después sacar su teléfono del bolsillo.

—No puedes llevarme a mi casa— Le digo en pánico y el se detiene al ver mi expresión.

Arruga el entrecejo.

—¿Porque?

—Mis padres no pueden verme en este estado.

Asiente procesando la información.

—Entonces te llevare a mi casa— Afirma.

Asiento.

Prende el auto para después llevarnos a un viaje astral.







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