ese día
disfrazado de verano
en el que salimos a comprar un vino
la noche estaba divina
y fuimos corriendo y riendo
hicimos una carrera
compramos el vino
llevabas la botella mientras te reías
y supe
que era un momento que no me iba a olvidar jamás
que era uno de esos pequeños momentos de la vida en los que sos feliz
en los que te olvidas de todo
y solo podes disfrutar
de lo que está pasando
de la gente con la que estas
del olor a verano aunque sea pleno septiembre y estés lleno de exámenes.
porque sin esos momentos
¿que sería de nosotros?