Capítulo 3

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Las tortugas no son mías ni ninguno de los personajes que presentan las series y los cómics.

Esta historia está basada e inspirada en "Cuento de Navidad" de Dickens, el cual es uno de mis favoritos debo decir.

Solo soy una escritora que busca poner sus más alocadas ideas en acción para hacerles pasar un buen rato a ustedes mis queridos lectores, yo me divierto redactando ^-^.

-Diálogos en pasado –

-"Pensamientos en pasado" -

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Hola mis buenos lectores, tiempo sin leernos, lamento la tardanza tenía problemas técnicos.

Bueno como sea, hora de coger mi libro, y continuar con la anécdota pendiente.

El capítulo de hoy se llama...

LA SEGUNDA NORNA

La música llenaba toda la casa, era una melodía antigua, el volumen estaba demasiado alto sin embargo, era agradable y tranquila, sus notas te invitaban a bailar una bella danza, por lo que se podía oír era alegre pero ese era el problema, no se trata de oírla sino de escucharla, cuando la oyes suena alegre pero si la escuchas notarás que esa alegría es, más bien...melancolía, una tristeza disfrazada. Y ese pequeño detalle solo lo notó uno de los hermanos.

-Es muy triste – exclamó Mikey rompiendo el silencio

-¿De qué hablas enano? Esta es música de fiesta, es muy animada –reclamó Rapha con una ceja levantada por la confusión

-Yo diría que esta música se ponía en los bailes de salón a los finales de la edad media –supuso Donatello- Y viene del dojo –señaló mirando en esa dirección, sus hermanos dirigieron la vista al mismo lugar, el cual estaba iluminado

-Vamos –Raphael se puso al frente, bajando con cautela seguido de sus hermanos hasta llegar a la puerta y abrirla de golpe

-Lalala... –tarareaba una niña parecida a la primera norna, solo que esta estaba vestida de verde, tenía flores en el cabello a modo de diadema y sus ojos eran color jade. Ella bailaba de aquí para allá, siempre al ritmo de la música, pero se detuvo al ver a los intrusos- ¡Venga, bailad ustedes también!

Ella arrojó tres lazos que envolvieron a las tortugas y las llevaron al medio del dojo.

-¡Qué poca gracia! –exclamó fingiendo indignación para luego sonreír traviesamente- ¡En esta parte, deben dar vueltas! –exclamó y sin previo aviso tiró de los listones, haciéndolos girar como trompos- ¡Exacto, ya están aprendiendo! –sonrió satisfecha antes de dirigirse a un asiento hecho de plantas frescas en las que recostó disfrutando del espectáculo hasta que los tres por fin cayeron al suelo.

-Y ¿Quién es esta? –preguntó Rapha, viendo estrellitas y vio más cuando un martillo gigante de madera se estacionó en su cabeza

-¡¿CÓMO QUE ESTA?! –gritó furiosa la niña mientras le seguía pegando- ¡ESCUCHA TORTUGA CON ESTEROIDES, YO NO SOY UNA CUALQUIERA PARA QUE ME LLAMES ESTA, SOY UNA NIÑA DELICADA, ADORABLE, SOY UN ANGELITO, UN PEDACITO DE ALEGRÍA Y UN MILAGRITO SEGÚN MI MAMÁ! ¡ASÍ QUE NO VUELVAS A LLAMARME ESTA, O JURO QUE TE PEGARÉ TAN FUERTE QUE NO DESPERTARÁS HASTA EL PRÓXIMO MILENIO! –gritó dándole un último martillazo- Lalala... –tarareó ella como si nada antes de sentarse de nuevo en la silla bajo la mirada incrédula de los menores

-Raphita... ¿Sigues vivo? –preguntó Michelangelo mientras picaba el cuerpo de su hermano con el bo de Donnie, a lo que recibió un gruñido por parte del de rojo

Valora lo que tienes,o el tiempo te enseñará a apreciar lo que tuvisteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora