"Double trouble"
Grecia, Athena - Santuario
Diciembre, 23 de 1748
Kaia suspiró suavemente antes de recargar su espalda en el pilar semi destruido en lo alto de un pequeño risco, y que daba una vista magnifica de la actividad del Santuario. Muy cerca del lugar donde los guerreros hacían sus entrenamientos, estando a una poca distancia de donde daba comienzo a los Templos Zodiacales. Las ramas de los arboles con sus frondosas hojas, le proporcionaban sombra ante el implacable sol de aquella tarde, y a su vez la permitía ocultarse un poco ante la vista de cualquiera que pasara por allí.
Ya había transcurrido prácticamente un mes y medio desde su llegada, e Ione aún se negaba a salir del recinto donde el Patriarca había asignado para ambas. A veces se preguntaba si su hermana quería regresar a Delfos, pero luego recordó que allí no había demasiada diferencia, puesto que sus compañeras no las miraban con buenos ojos cuando se hizo oficial el puesto de la Oráculo, y que esto consistía agarrar el mando de las visiones y predicciones de la villa, asignando así el resto de las Pitonisas para transmitirle los mensajes de la naturaleza a los seres humanos. A su vez Kaia se había convertido en la Pitonisa Mayor, ahora era la mano derecha y Guardiana de la Oráculo, siendo ella misma mensajera también de su hermana en ciertas ocasiones, puesto que a veces tenían visiones compartidas.
A pesar de ello, ambas habían cogido cariño a todas esas femeninas sin importarles que ese importante acontecimiento cambiara el pensar de la gran mayoría de las habitantes de Delfos.
Solo había una única persona que las trato con un amor incondicional y las instruyó con una sabiduría infinita inclusive después de saberse lo especiales que eran ellas. Esa mujer que la consideraba como una madre, pero que lamentablemente hacía ya bastante tiempo que había dejado ese mundo para unirse a la madre naturaleza... Y así mismo, fue una grata sorpresa encontrarse con aquel jovencito que había reconocido como su hijo, no solo porque su aroma era muy similar al de ella a conjunto con el de su padre, que las hermanas también habían tenido la oportunidad de conocer, sino por esa mirada dulce y bondadosa que causo que su corazón diera un vuelco en su pecho. Hasta había despertado la curiosidad de Ione para salir y conocerlo personalmente, lástima que el pequeño león había salido de viaje recientemente, pero quizás al volver haría que finalmente su hermana saliera de su pequeño encierro.
La Pitonisa se acomodó más en el pilar donde se encontraba sentada, viendo fijamente a los lejos las Casas Zodiacales hasta localizar el Templo Papal. Y sus labios se fruncieron levemente cuando sus ojos se posaron en su propia vestimenta donde su vestido de seda había sido reemplazado por uno prácticamente igual, pero la única diferencia en él era el tipo de tela mucho menos translucida. Aun no comprendía demasiado bien porque el mismo Patriarca se había acercado a ella para hacerle cierta petición con amabilidad, y cuando se vino a percatar aquella chica de corto cabello naranja cobrizo le había confeccionado la ropa que ahora llevaba puesta. Al parecer la antigua era un poco indecorosa, pero seguía sin entender en dónde precisamente. Pero lo dejo pasar porque seguramente eso era parte de sus costumbres extrañas, puesto que ellas habían convivido únicamente con el sexo femenino toda su vida, así que no le parecía extraño que de vez en cuando se perdiera de cosas tan mínimas, pero que parecía ser importantes.
En un ágil movimiento bajó del pequeño risco en el instante en que un pequeño grupo de aprendices dejo la zona de entrenamiento. Comenzó a recorrer el lugar sin apuro, mientras estaba inmersa en sus propios pensamientos, meditando lo que había aprendido hasta ahora de los Guerreros más fuerte del Santuario, y que por los momentos no había visto nada sospechoso o que activara su instinto protector. Se atrevería a decir que algunos la miraban con curiosidad, mientras que otros simplemente ignoraban su presencia olímpicamente tal cual como ella había hecho hacía con ellos.
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Golden Ferocity
Fanfiction【Saga Dorada IV】Después de la Guerra Santa Defteros pensó que con lo único que tendría que lidiar era la ida repentina de su hermano, pero jamas llegó a imaginar que más bien lidiaría con todo lo referente a esa muchacha misteriosa. Lo cual lo vera...