Rutherford fue alguien de pocas palabras desde su niñez. No tenía un pasatiempo determinado; normalmente hacía sus deberes y se iba a la cama.
Así fue hasta que su padre le obsequió un rompecabezas de un paisaje. El chico no le interesó al principio, sin embargo, después de tomarse el tiempo de terminarlo, observó que no era tan aburrido y que le provocaba algo dentro de él que lo hacía sentir feliz.
Armó un sin fin de rompecabezas que su padre compraba para él.
Un día, mientras veía la televisión, pasó un comercial sobre un juego de mesa que trataba sobre operar a un muñeco. Prestó mucha atención cuando vio que en dicho juego que los miembros del muñeco se podían quitar y colocar, y para ello tenían que coserlos.
-Su pieza en su respectivo lugar.
Era un viernes por la noche, Rutherford se encontraba en la cochera y sus padres habían salido a una fiesta. El muchacho se encontraba experimentando algo: estaba cortando las patas y la cola de su gato, Pulgas, el cual ya estaba muy viejo como para maullar muy fuerte y que alguien afuera lo escuchara. Rutherford tenía todo preparado. Cuchillos, vendas, hilos, pinzas... Todo lo necesario para poner las piezas en su lugar.
Cortar cada parte era muy difícil. Alzaba su brazo y la dejaba caer con fuerza apuntando a las patas del pobre gato. Los huesos eran los que más costaban, y tenía que poner más fuerza para poder romperlo. Las gotas de sudor rodaban por el rostro de Rutherford, y pequeños maullidos ahogados y movimientos bruscos daba el gato. No sentía nada por lo que le estaba haciendo.
Finalmente terminó. La cabeza, el torso y las cuatro patas se encontraban en la mesa, a lo que lo llevó a hacer el siguiente paso: hacer de nuevo al gato.
Pero se escuchó que un auto se acercaba. Eran sus padres. Rápidamente tomó toda la evidencia del experimento y los puso en una bolsa, para después irse a su cuarto y esconderlo.
Llegó, los escondió y fingió estar dormido.
Un par de minutos después la madre se asoma a la puerta para ver a Rutherford, y dice:
- Ah, está dormido.
Acto seguido, cierra la puerta.
Estando acostado podía presenciar el olor a sangre que tenía en sus manos y en su ropa. Deja ver sus manchadas manos a la vista; los observa con pequeña admiración y, sólo por curiosidad, lame un poco sus palmas.
-Tibio, salado, fresco...
Estaba conciente de lo que hizo, pero no se sentía para nada mal por ello.
Él quería hacerlo otra vez.
...
Rutherford. 35 años. Secuestrador, violador y asesino. Clasificado como asesino serial por asesinar más de 20 víctimas durante los últimos 8 años. La mayoría mujeres.
A todas las víctimas se han encontrado de la misma manera: amputadas y cosidas con alambres o grapas en la mayoría de las partes del cuerpo. En los últimos cuerpo hallados, los cuerpos tenían partes cosidas en lugares inusuales: lenguas en la frente, orejas en las caderas y narices en el estómago; incluso una de las víctimas tenía los ojos clavados en los pezones. Algunos han dado indicios de que los cuerpos fueron violados después de haber muerto.
Actualmente, Rutherford sigue siendo buscado.
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Asesinos
HorreurCortas historias de asesinos y de cómo mataban/torturaban a sus víctimas. + Contenido explícito. + Escenas de violencia y mutilación.