Until the end.

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PARTE 1 DEL SEGUNDO CAPÍTULO.

Salí corriendo de la clase de la profesira Claudia, no me podía quedar ni un segundo más, al fin y al cabo sé que Loure me comprendería y lo dejaría pasar, me aproxime a los casilleros ya que la ultima clase antes de salir era Educación física pero cuando entré Isis se encontraba ahí, contemplandose en el espejo que tenía en su casillero, quería no hacerle caso y pasar de ella pero ella seguramente me vería, no soy invisible para ella. Igual pase detrás de ella pero en el reflejo de su espejo me vio y dio la vuelta rápidamente para gritarme:

-¡Ya llegó la hija de puta!

-No quiero problemas- dije al momento que levantaba la cara, no me gustaba mostrarme débil frente a Isis porque aunque lobfuera, no dejaría que ella lo notara.

-¿Qué? ¿La niñita ya se calentó?- estaba subiendo a una banca, seguro no le gustó que ma haya defendido.

-Si con eso te callas, me doy por bien servida.- dije imponiendome aún más, no quería volver a ser la burla de todos.

-Haber aquí la afectada entre tu y yo, soy yo así que no trates de hacerte tu la inocente.

-Isis ¿Qué te hecho yo como para que tú a mi me trates así.

-Ay ahora sí te haces la santa que no sabes. Ya no recordaba que fueras tan hipócrita.- Para ser una persona popular, Isis tenía muy buen conocimiento de todas las materias. Incluso de las palabras.

-No lo comprendo, te digo la verdad.

-¿Qué ya no te acuerdas en cuarto año? ¿Qué eras mi mejor amiga? ¿Qué te conté que me gustaba Harry? ¿Y para qué? Para que te hicieras su mejor amiga.

-Lo siento sabes que...-dije pero alguien me interrumpio por la espalda. una voz masculina. Harry.

-¡Deja a mi mejor amiga! Nadie te dio el derecho a hablarle así.

-Ay Harry, como me agarras, sabes que jamás le haría esto a Prai- empezó a decir Isiscon una voz diferente a la que usaba conmigo, no amenazadora y tosca, sino dulce y  arrepentida-  De hecho hasta somos amigas ¿Cierto Prai?- dijo lanzandome una mirada asesina.

-Sí, claro, muy amigas- dije intentando no sonar sarcástica,solo un poco para que Harry entendiera que no era así pero que Isis pensará que sí.

-¿Me perdonas Harry? - dijo Isis pero él tenía mirada clavada en mi y yo solo miraba al suelo.

-Sí, las veré luego, me cambie a su clase de educación física para cambiar la de I.F.Q. Perdón si te preocupó que no fuera Prai.-Volte y me sonrió.

-Espera ¿Y tu qué haces aquí? es el vestidores de mujeres.-le pregunté yo.

-Escuché gritos afuera y no me iba a quedar ahí dejando que unas "señoritas" se pelearan- dijo haciendo una entonación graciosa en la palabra señoritas-aparte de que las mujeres me aman-diji mientras se marchaba.Siempre tenía una frase para animar. Por eso le amaba.

-Y tu. Tu última oportunidad.-dijo definitivamente y cerró su casillero.

Ya iba preparada para la clase, tenía su larga melena rubia lacia recogída en una  coleta alta, un minishort rosa, una camiseta blanca, y unos supras. Era hermosa.

Cuando salío de la sala fui directamente hacia mi casillero mientras analisaba lo que acababa de pasar. Cuando me tranquilicé cogí la ropa de mi casillero  y empecé a quitarme la otra. Al quitarme la camisa sentí la dura cicatríz que tenía debajo de las costillas, mi hermano me la había hecho, un día me había dicho que los hermanos nunca se traicionan y que entonces yo tendría que hacer un pacto de sangre con él para prometernos eso. El día que lo hicimos, me acuerdo que nos fuimos al bosque , cogimos muchas vendas y trapos para que mi madre no se diera cuenta y no se enojará. Recordé el filo del cuchillo quemando mi piel pero supe que en cualquier otra parte hubiera dolido más.

Sacudí la cabeza para quitarme esa sensacion y ese recuerdo de la cabeza y me puse una camisa blanca que no me quedaba muy chica, ni muy grande y eso me agradaba del uniforme ya que era de las pocas que me quedaba bien, no más floja ni más apretada.

Me quite los supras para abrirle paso a los vaqueros que ajustaban mucho mus tobillos he incluso mis piernas.

Me los quité y me puse un minishort amarillo que igual formaba parte del uniforme, no era afelpado como el de Isis.

Finalmente me puse mis  vans blancos , meti toda la ropa sobrante al casillero y luego me hize una coleta alta como la de Isis, mi cabello era aún más largo que el de Isis que lo tenía a media espalda, yo lo tenía hasta la cintura y las puntas caían en caireles, lo único que me disgustaba es que mi cabello delantero no alcanzaba a llegar y me caía en los ojos.

Me observe en un espejo que estaba al lado de los casilleros y vi que era pequeña pero resaltaban mis piernas largas e igual mis brazos, odiaba eso.

Salí de la sala y observé la hora de mi movil. Era todavía temprano así que me di la satisfacción de observar todos los pequeños detalles de la escuela mientras caminaba, cada cambio, cada aroma, cada rayo de luz. pareciaba tanto aquellos pequeños detalles que tal vez nadie se detenía a notarlos. Y una vez más me sentí viva.

Cuando llegué al gimnasio observé a Luzu y Dave calentando mientras todas las chicas de alrededor los observaban. Harry  e Isis hablaban en una esquina. Hary se veía algo desesperado pero Isis disfrutaba de su compañía tanto que hacía una sonrisa falsa. Y en las bancas se encontraba Loure, la única persona con la que me sentirí normal en esa sala a excepcion de Harry pero eb ese momento lo haría.

Cuando Loure levanto la vista de su celular salió disparada hacia mi y me dijo:

-¿Estas bien? Estaba muy preocupada, te busque por todas partes y no estabas. Pense que te habías metido en un gran lío. No lo vuelvas a hacer querida.

-Solo no podía respirar, con tantos grabatos hinos ahí sintía que ne ahogaba- bromeé

Ella soltó una pequeña risita tonta y siguió.

-¿Segura que no quieres ir al doctor? Pareces un poco pálida.

-Lo cuál no sería extraño y lo sabes. Sabes que no tengo pulso y no escuchamos tampoco palpitar mi corazón, de hecho papá y mamá ni siquiera dejan que un doctor lo intente  así que tranquila.

La maestra Dolores entró en la sala y nos dijo que era el día de parejas. Ni volteé a ver la mala suerte de Harry que de seguro estaría rodeado de puro Isis pero si volteé hacia Luzu y Dave  que ya no estaban ahí y todas las chicas estaban descorcentadas. Unos segundos después los dos estaban a nuestras espaldas.

SilhouettesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora