Una historia que contar.

Capitulo 11

-Hola linda- Dijo Harry a través de la línea telefónica.

-Hola.- Conteste.

-Me preguntaba si quieres almorzar conmigo.- Sonreí

-Claro.- Dije.

-Perfecto, en unos minutos estoy tu habitación.- Dijo.

-Adiós.- Colgué. Suspire y me apure a cambiarme. Treinta minutos después tocaron la puerta de mi habitación supuse que era Harry, la abrí y estaba en lo cierto.

-¡Hola!-Me dio un beso en los labios.

-Hola Hazza.- El rio.

-¿A dónde quieres ir cariño?- Morí ¡me dijo cariño! Ninguno de mis anteriores novios me había llamado así.

-Mmm nunca eh venido a Paris así que no se.- Decidimos subir al auto y dar vueltas hasta encontrar un lugar que llamara nuestra atención. Paramos al encontrar un local de comida rápida.

-Linda busca una mesa que yo pido la comida ¿Qué quieres?- Dijo viendo la cartelera con todos los menús.

-Una hamburguesa y papas por favor.- Sonreí.

-Como guste, señorita.- Discutimos un poco sobre quien paga pero después accedí rendida a que él lo haga. Me senté en una mesa al lado de la ventana. 

Mis pensamientos se fueron a mis padres, que raro que no me hayan llamado, después lo hare yo.

-Volví.- Dijo Harry dejando todo en la mesa. Le sonreí y tome mi hamburguesa. -¿Me extrañaste?- Dijo divertido.

-Mmm no, creo que no.- Dije en el mismo tono que él. Se rio y comenzó a comer su hamburguesa.

Después de almorzar fuimos a dar un paseo por Paris. Es más hermoso de lo que me imagine. Había una fría, yo me compre una pulsera con un dije de la torre Eiffel. En la feria había una cabina de fotos nos metimos. Me quede con dos imágenes y el con las otras dos. Compramos dos copos de nieve pero esta vez lo page yo. En fin nos divertimos mucho-

Esa misma noche los dos dormíamos plácidamente hasta que mi sueño fue interrumpido por el teléfono. Me liberé despacio de los brazos de Harry y tome el teléfono.

-¿Hola?-

-¿Señorita Cribb?- Pregunta una voz masculina. ¿A quién se le ocurre llamar a las dos de la mañana.

-Sí, soy yo.-  El hombre guarda silencio por un momento y después lo oigo tomar una respiración profunda. ¿Qué habrá pasado?

-Señorita Cribb, mi nombre es Sebastián Gómez tengo que comunicarle algo.-

-¿Si? ¿Sucede algo?- Pregunto temerosa. Harry a mi lado se despierta y escucha atentamente.

-Sí, lamento informarle que la señora y el señor Cribb han fallecido.- ¿Qué? Esto debe ser una maldita broma. Me quede callada, paralizada por lo que acabo de oír. Mis ojos empiezan a llenarse de lágrimas. Harry me mira preocupado. Trato de tragar el nudo de mi garganta antes de hablar como puedo.

-¿C…o..mo ….dijo?.- Balbucee.

-Lo que escucho señorita, lo lamento mucho mañana a primera hora la espero en el funeral le mandare un mensaje con la dirección.- Dicho esto colgó. Deje el teléfono en la mesita de luz.

-¿Quién era? ¿Por qué te pusiste así?- Pregunta Harry. Respiro hondo para tratar de calmar mis lágrimas.

-Y..yo…m..mis..padres.- Digo finalmente y rompo en llanto. Me cubro la cara con mis manos mientras lloro.

-Oh, cariño lo siento mucho.- Me abraza y yo sigo llorando en su pecho. ¿Por qué me tiene que pasar esto a mí?

-Ellos eran lo único que tengo.- Dijo en un sollozo. Harry levanta suavemente mi mentón haciendo contacto visual con él.

-Pero ahora me tienes a mí y yo te apoyare en todo en las buenas y en las malas.- Sus palabras me calman un poco agradezco que el este con migo pero el dolor de perder a tus padres no se compara con nada.

-Gracias, enserió muchas gracias.- Trato de sonreír. -¡Oh no mañana tengo que ir al funeral y todavía estamos aquí!- Digo preocupada.

-Tranquila, podemos fijarnos si hay un vuelo para ahora.- Dije haciendo pequeños círculos en mi mejilla. Suspire y busque mi netbook. Para mi suerte conseguí dos boletos. Los imprimí.

-Bueno apurémonos.- Dije. Agarre algo de ropa y fui a cambiarme al baño. Cuando volví a la habitación las valijas ya estaban hechas y Harry ya estaba cambiado.

-Vamos.- Agarro las dos valijas. Le saque una y nos fuimos.

Llegamos al aeropuerto justo a tiempo subir al avión. Mientras viajábamos pensaba en mis padres. Una vez cuando era niña fuimos al zoológico para festejar mi cumpleaños y yo me puse a llorar porque una cabra se había comido mi algodón de azúcar asi que mi papa me compro otro. Sonreí. Pero me gustaría haber estado allí pero si no hubiera levantado esa mañana para comenzar estos viajes no hubiera conocido a Harry. Apoye mi cabeza en su hombro y el coloco su mano arriba de la mía. Asi me quede dormida hasta llegar a Home Chaples.

-Tenemos un poco de tiempo ¿Quieres ir a mi casa a dejar tus cosas?, va si quieres puedes quedarte conmigo asi no estás sola.- El ofrece. Pienso en su propuesta, por un lado   no quiero ser una molestia pero por otro no quiero estar sola en mi casa.

-Está bien.- Acepto. El asiente y para un taxi.

El camino fue silencioso, todavía no puedo creer lo que está pasando.

Cuando llegamos Harry saca las llaves de su bolsillo.

-Bienvenida a mi casa.- Dice abriendo la puerta.

-Permiso.- Digo antes de entrar.

-¿Tienes hambre?- Pregunta. Dice sacándose el abrigo.

-Em, no.- Y es verdad todo esto me saco el apetito.

-Está bien, siéntete como en tu casa.

Me senté en el sofá color café.

-Gracias.-

-No tienes que agradecer.- Me sonríe sentándose a mi lado. Mi reloj, casi las seis de la mañana.

-Creo que debería ir yendo.- Digo levantándome del sofá.

-¿Quieres que te acompañe?- Pregunto.

-Si, por favor, si no es molestia.-

-Claro que no, vamos.- Fuimos hasta el estacionamiento donde Harry saco el auto, me subí y partimos.

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Hola!!!!!

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Besoooooooooo :*