A la mañana siguiente desperté y lo primero que vi fue a Harry en el sillón se veía tan tierno. Agarre mi ropa y el traje para ir a la playa, fui al baño y me di una refrescante ducha. Al terminar de cambiarme salí del baño Harry seguía durmiendo como un angelito. De pronto se me ocurrió una travesura para despertarlo. Busque entre mis cosas hasta encontrar el lápiz labial. Camine en puntas de pie tratando de hacer el menor ruido posible. Cuando estaba junto a el iba a trazar una línea en su perfecto rostro pero unos brazos me agarraron y me estrellaron en su pecho.
-¿Qué ibas a hacer con eso?.- Dijo soltando una carcajada.
-¿Yo? nada, nada.- Dije con un tono inocente. Levante la vista para ver a Harry y sonreírle el me devolvió la sonrisa. Agarro mi mano y me quito el labial.
-¡Oye!- Me queje. El ignoro mi queja y ensucio todo mi rostro con maquillaje. Yo reía y gritaba tratando de soltarme de sus brazos pero fue imposible. -Eso fue trampa.-Reí cuando logre soltarme.
-Tu empezaste.- Se burlo. Le saque la lengua y me metí al baño para sacarme lo que Harry hizo.
-Ahora si, buenos días ¿Cómo dormiste?-Pregunte saliendo del baño.
-Buenos días y maso menos, ese sofá no es muy cómodo.- Se estiro y sentí como tronaba sus huesos.
-Te dije que tenias que dormir en la cama.- El solo se encogió de hombros.
-Voy a darme una ducha ¿Quieres ir a desayunar luego? Oí que hay de todo para elegir.- Dijo sonriendo. Asentí y entro al lavatorio.
Minutos después salió cambiado.
-¿Vamos?
-Si.- Apagué la televisión y me puse en marcha.
Harry tenia razón. En el comedor había una mesa en medio lleno de cosas deliciosas. Jugos, café, frutas, medialunas, fiambres, pasteles y muchas exquisiteces mas. Agarre un plato y opte por servirme un vaso de exprimido de durazno, una variedad de tortas que se veían riquísimas.
-Wow, si que tienes hambre.- Dijo Harry riendo. Sonreí.
-Si, un poco mas y me como a ti.-Festeje la mueca que hizo.
-Que suerte que vinimos a tiempo, no quiero que mi linda cara quede en el fondo de tu estomago.- Dijo divertido. Solté una carcajada.
-Ven vamos a sentarnos.- Fuimos hasta una meza y nos sentamos a desayunar. Harry había elegido un café y unas medialunas.
Los rayos del sol pegaban contra mi cara, las olas del mar iban y venían con libertad. Me encontraba sentada en una reposera tomando sol. Estaba por quedarme dormida pero eso no llego a suceder ya que sentí algo pegajoso, molesto. Abrí lentamente los ojos encontrándome con Harry y una picara sonrisa. Lo mire sin entender mientras el me miraba y reía ¿Y a este que le pasa?
-¿De que te ríes? ¿Tengo algo en la cara?- Dije tocando mi rostro hasta que comprendí, el muy desgraciado me tiro arena. Me levante aparentando que no paso nada.
-Ven Harry, quiero mostrarte algo-Dije tomándolo de la mano.
-Que es, que es.- Dijo ansioso como un niño. Me quede callada y lo dirigí hacia el mar.
-Ves eso.- Dije señalando el agua nos llegaba por la cintura. Fijo la mirada bien hacia el frente. Aproveché y lo empuje haciendo que se hundiera. Solté una carcajada. Espere unos minutos para que saliera pero nada. Empecé a preocuparme.
-¡Harry, Harry no estoy para juegos!- Grite desesperada. Estaba asustada, di una vuelta y grite al sentir unos brazos que me sumergían en el agua. Cuando volví a la superficie tome una respiración agitada para luego ver al chico con cabellos rizado riéndose a carcajadas. Apreté mis puños y le salpique haciendo que trague agua.
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Una historia que contar.
Fanfiction"Continúa con la vida, porque la vida continua sin ti"