Ben es amable, el rey benevolente y carismático que todos esperaban; aunque así siempre a sido incluso antes de ser rey, así a sido criado.
Demasiado bondadoso y tonto, diría alguien de la isla; admirable y perfecto, diría alguien de Auradon. El punto es que ante todo eso, nadie podría verlo como alguien agresivo, malo o incluso celoso; mucho menos posesivo.
Nunca lo mostró ser con Audrey, ni siquiera cuando estuvo con Mal. ¿Por qué era diferente con Carlos?
Aunque nunca había llegado a un punto preocupante (más bien divertido) muchos se quedaban sin palabras cuando el rey mostraba que podía llegar a ser agresivo y posesivo cuando se trataba de los celos que producían las personas que eran "demasiado" cercanas a Carlos. Hubo una vez que sin darse cuenta le gruño a Mal por jugar con el cabello de su novio.
Ella no fue la única del grupo de VK que se ganó una advertencia. Jay saboreó la tierra del campo de Tourney sólo por limpiar algo de la mejilla de Carlos.
El hijo de Jafar había visto el gesto de lo más normal entre ellos, eran mejores amigos; hermanos. El pequeño y tierno acto no era más de lo que realmente era: algo fraternal.
Ben no lo vió así.
En el momento en el que el juego de practica inició y tuvo a Jay en su punto de visión, observando como compartía sonrisas con Carlos y puños en el aire, una sensación agria comenzó a crecer en su pecho. Lo siguiente que supo fue que estaba trotando hacia él y tacleandolo contra el piso.
—¿¡Qué te pasa!? —rugió Jay cuando Ben se quitó de encima y pudo levantarse.
—Yo no... lo siento amigo, yo sólo... —el rey no sabía cómo explicar lo que había hecho, ni él mismo sabía, sólo había estado tan enojado de repente.
—¡Ben, Jay! —Carlos, que estaba más lejos en el campo, se acercó a ver qué pasaba (como todo el equipo) —¿Qué fue eso, Ben? —le preguntó a su novio con reproche. —¿Estás bien, Jay? —inmediatamente se giró a ver a su amigo, cambiando por completo su expresión a una de preocupación.
Ben notó eso y la sensación regresó a su pecho. Era opresiva y le ponía de mal humor.
—Como sea. —soltó sin sentido lanzando el casco con fuerza contra el pasto.
Carlos se quedó viendo como el castaño salía del campo, no entendía qué le pasaba.
—Deberías ir con él. —le alentó Jay.
[...]
Carlos encontró a Ben sentado en el borde de la pequeña noria de madera en el Lago Encantado, sus pies dentro del agua.
—Hey. —saluda sentándose a un lado del rey. —¿Estás bien?
—Si. —responde cortante, lo que preocupa aún más a Carlos.
—¿Seguro?
—¡Dije que si! —rugió levantándose de golpe. De Vil entendía cada vez menos, nunca había visto actuar a Ben de tal manera; siempre tan calmado y positivo aún cuando estaba estrésado.
—¿Entonces qué fue eso en el campo?. Pudiste haber lastimado a Jay. —Y bueno, el hijo de Jafar era alguien realmente resistente, lo había demostrado muchas veces en la isla, pero incluso el golpe que recibió le asustó a él mismo.
La nueva mención del azabache le hizo sentir al hijo de Bella aún más enojado. —Si tanto te preocupa Jay ¿Qué haces aquí? Ve con él. —suelta con agriedad mientras se volvía a sentar.
—¿De dónde viene eso?
—Siempre estás con él. Duermen en la misma habitación y van a las mismas clases, todo el tiempo están juntos. Yo no tengo todo ese tiempo contigo. —terminó diciendo como un niño pequeño haciendo berrinche.
Se sentía tan acalorado y mareado, realmente fuera de lugar. Nunca antes había sentido aquello en el pecho, nunca antes le había molestado la cercanía de aquel dúo de ex-villanos. Sentía que podía llorar en cualquier momento y tirar la noria abajo al mismo tiempo.
Fuera de su desastrosa y confusa burbuja, Carlos empezaba a entender a la perfección; Ben estaba celoso, tal vez por primera vez en su vida. Y no es como si eso hiciera sentir a Carlos especialmente bien o tal vez aún más importante en la vida del rey, pero lo hacía. Quizás era algo malvado sentirse satisfecho porque tu pareja estaba celosa, pero lo estaba.
—Ben. —el rey no le miraba, veía con el ceño fruncido hacia el agua del lago. Carlos se sentó a su lado —Mírame por favor. —con voz suave logró que el castaño suspirara y le viera. —No tienes por qué estar celoso de nadie.
—No estoy-
—Lo estas. —le corta el niño de la isla —Y cuando más rápido te des cuenta más rápido notarás que es una tontería. Jay y yo somos como hermanos.
—Lo sé, lo sé. —sintiéndose avergonzado y estúpido, Ben baja la mirada a los pies en el agua. —Es sólo que, son tan cercanos, él sabe tanto sobre ti y yo sólo...
—Tienes mi corazón. —Carlos confiesa avergonzado. Sorprendido, Ben gira a ver al peli-blanco sentado a su lado, sus orejas estaban rojas y ahora era él quien no lo veía.
—¿Qué dijiste? —pregunta el rey. Claro que había escuchado, pero quería volverlo a oír.
—Nada. —dice Carlos en cambio.
—Dilo de nuevo. —pide Ben atrapando a De Vil en un abrazo de lado.
—Si escuchaste no lo repetiré. —el corazón de Carlos aún iba demasiado rápido después de decirlo, volverlo a hacer le mataría. Lo sabía.
—Vamos, dilo por mi, por favor.
—Ahora estás actuando como un niño pequeño. —se queja Carlos sólo para salirse del asunto.
Con una sonrisa, Ben actúa rápido y empuja a Carlos hasta tenerlo contra las tablas de la noria, quedando sobre él. —Dilo. —desafia con la mirada.
Sorprendido, el chico de pecas siente el calor subir de su pecho a sus mejillas mientras mira al rey sobre él, quien sostiene sus muñecas a cada lado para que no escape.
—Dilo o no te dejaré ir. —se acerca Ben a susurrar contra sus labios. Cerrando los ojos, Carlos espera algo que no llega. Volviendo abrirlos, Ben le mira con diversión. —Tampoco te besaré hasta que lo digas.
—Tramposo. —se queja el ex villano haciendo reír a su novio. —No tienes que ser celoso, porque sólo tú tienes mi corazón. —murmura a duras penas el niño, sintiendo como la vergüenza de decir algo tan cursi se lo come vivo. —¿Contento? —dice luego, girando su rostro para no ver a Ben.
—Carlos. —le llama el castaño. —Carlos, mírame. —pide como hizo él hace unos minutos. Cuando tiene la mirada de su novio nuevamente sobre él, sonríe con amor. —Te amo —dice sin rodeos lleno de una sinceridad desbordante. Y sin darle tiempo a Carlos para sorprenderse más de la cuenta, cierra el espacio entre ellos con un beso.
—También creo que te amo. —dice Carlos cuando Ben se separa. Y por el momento, eso es suficiente para hacer sentir satisfecho al hijo de Bella y Adam.