3| En otro lugar

1.1K 37 0
                                    

╔════════✮°•°❀°•°✮═══════╗
Idea original
Temática: Misterio/Historia de la vida
Makima
╚════════✮°•°❀°•°✮═══════╝

• • • • • • • • • •

Todo parecía estar borroso, sentía una sensación extraña como si no estuviera dentro de su cuerpo y que la realidad que pasaba fuera de sí, la estuviera apreciando desde ojos ajenos.

Veía el horizonte, sin distinguir figura alguna, y un escalofrío recorría su espalda hasta llegar a su nuca; tenía miedo, no sabía por qué ni de qué, pero él tenía miedo. Con un pestañeo, el horizonte se contrajo y se convirtió en una sala de estar, conocida, extrañamente familiar, pero aún así no se
sentía cómodo.

La habitación estaba vacía, estaba seguro que la conocía, pero no daba con el nombre del lugar ni ningún elemento concreto de su pasado allí. Pudo divisar el mismo horizonte a través de la ventana: un camino despejado que se extendía hasta donde la vista podía llegar a ver, y un sol ocultándose en el fondo; él reconoció los puntos cardinales, único pensamiento cuerdo hasta entonces, aunque presentía que eso no le ayudaría
de nada.

Un ruido penetró en aquella habitación, asustada, volteó y vio
deslizarse una pelota por los pies de la escalera, y detrás de ella una niña. Una niña como de otra época, inmaculada y vistosa, con su cabellera castaña recogida con dos pequeños lazos simétricos en su cabeza y su vestido de flores azules.

La pequeña criatura bajó las escaleras y detrás de su juguete y se detuvo al sentirse observada; volteó la cabeza hacia donde estaba ella pero no reparó en su presencia. Ella siguió sintiendo miedo. Se preguntó por qué no lo había visto, mientras un gran sentido de insignificancia se sumaba a la masa de sentimientos que la ahogaban.

La niña se marchó corriendo, como asustada de algo que no podía ver pero que sabía que estaba detrás de ella, al acecho, algo que le provocaba un gran miedo. Ella fue tras de la niña, persiguiendo la tonta idea de que esa niña era la razón del porqué se encontraba en ese extraño lugar.

Emprendió un paso veloz pero intentando no hacer ruido, se dio cuenta de que todo se encontraba en un extraño silencio. Atravesó aquella sala hacia la puerta principal de la casa, la cual estaba inundada en una incandescente luz blanca, cruzó aquel umbral y quedó ciega por unos segundos.

Al recobrarse de aquel repentino exceso de luz, se sintió desorientada. La sala de un hospital; frió e impersonal. Ahora nada se le hacía familiar, nada se le hacía conocido, y se sorprendió al admitir que se alegraba por eso.

Empezó a caminar entre aquellos pasillos solitarios, y creyó haber caminado por mucho tiempo. Encontró una puerta abierta, y se dirigió a ella. Con precaución se asomó apoyando su cuerpo de la pared, y sintió un vacío en el estómago al
ver el interior de aquel pequeño cuarto a una persona sentada en la cama, con el ánimo caído.

El pestañar se encontró sentado al frente de un hombre viejo, el que había visto tan solo un segundo antes, de rostro apacible y amable, pero que igual le ejercía un gran miedo. Entre ellos se encontraba un tablero de ajedrez con una partida empezada, él sintió que estaba perdiendo, pero no recordaba cuando había comenzado a jugar.

No terminará hasta que tú lo decidas, pero tus aliados sufrirán la consecuencia de tu indecisión. Dijo aquel viejo mirándola directamente a los ojos. Él intentó contestarle, preguntarle quién era o qué hacía allí, pero fue imposible
gesticular sonido alguno. Le devolvió la mirada a aquel sujeto y sintió como si lo conociera de hacía mucho tiempo, sin poder recordarlo. Se sintió invadido por una gran intriga, empezaba a pensar que nunca saldría de ese lugar, de esa locura sin sentido en la que estaba viviendo.

El frió en su nuca empezó a convertirse en calor, y con eso la
desesperación aumentó en él. De un tirón derrumbó el tablero al suelo y con todas sus fuerzas gesticuló un grito, que no provocó sonido alguno. El viejo impasiblemente la miró con una triste alegría, como el padre que ve a su hija caerse al intentar aprender a manejar bicicleta.

Sintió vergüenza de sí misma y sus ojos se cerraron, se calmó un poco y al abrir los ojos se encontró de nuevo en la habitación anterior, sentada en el mueble al lado de la ventana con aquel horizonte sumido en silencio. Escuchó de nuevo el sonido de la pelota deslizándose por los escalones y eso fue lo último que sintió.

Holis, espero que les haya gustado, por cierto por si no se dieron cuenta Makima se encontraba en coma.
Los quiere, Charles

Blood || Makima || Chainsaw ManDonde viven las historias. Descúbrelo ahora