Habían pasado varios días desde el incidente en mi casa, y aun nadie entendía que era lo que había ocurrido realmente, solo quedó en que algún animal entró a la casa y destrozó todo a su paso. Pero eso no tenía la suficiente lógica para mí.
Logré recoger lo suficiente para sentirme mas tranquila en casa nuevamente, sin embargo, mi cuerpo se mantenía en alerta desde aquel día, por las noches simplemente no podía conciliar el sueño, a menos que tomara las pastillas, solo así pude volver a dormir con tranquilidad, sin que mi mente me atormentara con la imagen de aquel hombre de pie frente a mí.
¿Aquello había sido real?
¿Ese hombre realmente existía? ¿O había sido producto de mi imaginación?
Todavía recordaba su tacto helado, sus ojos inexplicables y esa intensa mirada.
─ ¿Parezco humano, Edeline?
─Hija, ¿Me estas escuchando? ─la voz de la abuela a través de la línea interrumpe mis pensamientos.
─Si, abuela. Estoy terminando de recoger algunas cosas aun, lo siento.
Se escucha un suspiro. ─No quiero que estes sola allí con un animal suelto, ven con nosotros, sabes que te extrañamos mucho.
─Yo también los extraño, pero mañana comenzaré la universidad y no puedo irme ahora, me faltan muchas cosas por preparar aún.
─Bueno, en cuanto tu abuelo arregle el auto iremos a visitarte, no me agrada la idea de que estes tanto tiempo sola.
─Los estaré esperando. ─escucho el timbre sonar. ─Te dejo, abu, están tocando el timbre.
─Te quiero, cariño.
─Y yo a ti.
Cuelgo el teléfono y corro hacia la puerta para observar por el pequeño mirador de quien se trataba. Era un hombre, que no reconocía de ningún lado, estaba vestido de traje, lo suficientemente elegante para sentir curiosidad de quien era.
Vuelve a tocar el timbre.
Abro con inseguridad. Lo observo detenidamente, Alto, fornido, de piel morena y cubierto de traje negro y camisa blanca, la cual tenía unas ligeras gotas rojas, como si acababa de tomar algo y le goteó en la camisa. Era un hombre adulto, tal vez mas de unos 30 años. Me mira con detalle, como si estuviese inspeccionándome.
Sus ojos eran tan negros que no se le veía la pupila.
─ ¿Eres Edeline Ford? ─inquiere. Su voz era gruesa e intimidante.
─De pende de quien lo pregunta...
─Mi nombre es Gael Ioannidis, te conocía cuando eras pequeña, fui muy buen amigo de tus padres.
Lo observo con curiosidad y confusión. ─Mis padres nunca nombraron a ninguna persona llamada con usted.
El sonríe. ─Me fui de la ciudad hace bastante tiempo, pero nos graduamos juntos en la facultad de derecho, te conozco desde que Alice, tu mamá, te tenía en el vientre. ─Mi cuerpo se relaja e inevitablemente sonrío. ─Cuando me fui, perdí todo el contacto que tenia con ellos, no sabes la tristeza que sentí al enterarme de lo que ocurrió, lo lamento.
Asiento con nostalgia, hacia mucho tiempo que alguien no me daba el pésame.
─El 20 de enero es su aniversario, mis abuelos viven lejos y yo comienzo la universidad mañana por lo que no puedo hacerles algo muy grande, pero iré al cementerio con algunas flores para todos, seria bueno que alguien que fue cercano a ellos me acompañara. ─le digo.
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Lazos De Sangre ; Destino
Vampire*En edición * Una noche de celebración, que se convirtió en la pesadilla de una joven. Un terrible accidente que acabó con la vida de toda su familia, pero de la que ella se salvó. En contra de todas las reglas que su especie decreta, aquel Arnakh...