Capítulo 01: El Fortin de los Monstruos

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La oscuridad amordazaba el lugar, tornándolo en una sombra más del bosque, bajo el peltre brillo de las estrellas y el rodeo de la niebla. El polvoriento fortín de los monstruos se encontraba colmado de seres rabiosos y hambrientos de poder, siseando bisbiseos desde el comité, taladrando con sus miradas al Arnakhummer que, a pesar de las múltiples miradas, se mantuvo firme en su postura, mientras sus recuerdos se veían proyectados en las flamas del fuego.

Un camino a la media noche, rodeado de maleza y bruma, con la copla de las hojas de los árboles estrellarse unas con otras. La gloriosa luna roja encandilaba con el centelleo que la definía, aquella noche la diosa se percibía vigorosa y su dominio se percibía en los ojos del Arnakhummer.

Había dejado de correr, su camino fue lento, descubriendo una sensación inexpresable. Solo codiciaba llegar a un lugar desconocido.

La carretera.

Los tres gobernantes del consejo se conservaron en silencio, observándolo con preocupación y curiosidad.

Algo como lo que había ocurrido, no había sido visto nunca antes.

El fuego de pronto apagó.

─ ¡No podemos condescender esto! ─protestó el Bnakan, dejando revelar sus dilatados colmillos y abriendo sus ojos carmesíes saturados de furor. ─ ¡Esto es una aberración! ¡Ha ido en contra de la ley y debe pagar por eso!

─ ¡Silencio, Nishan! ─prorrumpió la Khaknader, dejando un retumbo rugido por el recinto. ─ Entiendes que acabas de crear un potencial cataclismo del balance entre nuestros mundos ¿Si lo comprendes?

Antes que cualquiera expusiera algo, Geghard se adelantó, dando un movimiento delante de su hijo.

─Geghard, esto no te incumbe. No debes entrar donde no has sido llamado. ─señaló Nishan en un gruñido.

─Lamento decirte lo desacertado que estás, preciado amigo. ─El Arnakhummer rige su dorso y enlaza sus dedos. ─Como verán, esta es una situación que involucra a mi familia. Una familia que por generaciones ha servido con decoro al balance en nuestro mundo y a este consejo le ha servido de mucho.

─Y estaremos durante milenios agradecidos con ustedes. ─admitió la Khaknader. ─Pero esto es más fuerte que cualquier gratitud hacia tu familia, Geghard.

─Y por esa razón, aceptaré mi condena. ─la voz de Abel se ostentó. ─Aceptaré la condena que merezco.

Los monstruos del jurado bramaron de placer, todos los presentes querían que el joven Arnakhummer pagara por lo que había generado.

─ ¿Qué es lo que intentas? ─susurró su padre con alteración. ─Por una vez en tu eternidad, mantente al margen y no pretendas que te liquiden, créeme que aquí todos están esperando ansiosos de hacerlo con sus garras.

─Pero es mi deber decirlo. ─siguió diciendo, ignorando a su padre, colocando su mirada en las 3 criaturas delante. Fue observado con cautela. ─La luna roja me ha murmurado aquella noche. ─Mentiroso, embustero, córtenle la lengua, exclamaron a su alrededor. ─Ningún Arnakhummer posee el control cuando la luna roja florece, no es algo nuevo de saber. Lo que hice, ha sido por deseo de la luna, todos sabemos que es imposible que haya estado en mis cabales en aquel momento.

El silencio emergió, nadie se atrevió a contrariar.

─Arrajin, Tsarr, Nishan. ─nombró Geghard. ─Mi hijo tiene razón, ningún Arnakhummer posee el control durante la noche de luna roja, es imposible que Abel haya hecho aquello por su voluntad. Anahid ha querido que esto ocurra, la diosa lo ha permitido y no somos nadie para decir lo contrario, ni siquiera ustedes.

Nishan carcajeó e hizo berrear sus colmillos. ─Eres tan conmovedor como tu hijo, Geghard ¡Deberías ser azotado por encubrimiento! Ahora entiendo por qué mi hija se alejó de tu linaje.

─Podría decirte la razón por la que tu hija se ha ido de mi lado. Pero mi respeto hacia ella me lo impide, Nishan. ─Abel se conservó calmoso y Nishan lo miró, sus ojos carmesíes centelleaban con furia.

─Sus problemas personales lo pueden resolver afuera, si no ansían en ser expulsados. ─profirió la Gerekhaner, pronunciándose por primera vez. ─ Geghard, tiene razón. ─dice Arrajin. La bruja se realza de su lugar, arrastrando su vestido tan largo como su cabello níveo. ─Abel, lo ha hecho durante la noche de luna roja, bajo el dominio de Anahid. No está en nuestras manos el poder de condenarlo.

─ ¡Es una completa sandez! ─ruge Nishan. ─Tomar el nombre de la divinidad para realizar sus actos ¡Esto es una aberración!

─ ¿Acaso te atreves a contrariar las decisiones de la luna, Nishan? ─interviene Geghard. Con sus ojos punzando las cuencas oscuras del ser. Nishan ruge y detona su esquelético cuello. El Bnakan vocifera un insulto y se irgue sobre su lugar.

Ambos estaban a poco de saltar uno encima del otro. La furia que emergía de sus cuerpos, acaloraba el ambiente.

─Quisiera saber qué pensaría el Gayly sobre esto. ─masculla el Bnakan para sí mismo.

─Ellos ya no poseen poder sobre el consejo, Nishan. Hace siglos decidieron alejarse, no los impliques si no ansías verte castigado. ─Arrajin lo observa, su contemplación estaba llena de advertencia.

─Arrajin, tú estuviste cuando esta ley fue ostentada. Sabrás el peligro en que nos estamos exhibiendo. ─expone Tsarr.

─Mi cercanía a la diosa me impide contrariarla. Soy una protectora, mi deber es cumplir lo que ella dicta, y no podemos hacer nada al respecto ante su poder. Abel tiene que afrontar las consecuencias que esto acarreará, él y solo él será quien debe cargar con esta situación. ─dice la Gerekhaner con mesura. ─ Este juicio ha sido abolido, nada de lo que se ha auscultado saldrá del fortín, aquellos que osen exponer algo al respecto, serán castigados de una severa manera.

La Khaknarder eleva su mano y los monstruos desaparecen. Tsarr se eleva, y deja caer su cabello azabache sobre todo su cuerpo tapado en una liviana tela negra. Una corriente de humo destella de su espalda.

─Lo que a partir de ahora acontezca a tu familia, no será asunto que el consejo ha de tratar. Están solos y debes resolverlo. Aunque la diosa lo haya dilecto de este modo, no es el correcto. Nuestro mundo no puede verse en una balanza a punto del desequilibrio por una decisión equivocada. ─sus palabras estallaron con frialdad. ─Tu eternidad y la vida de la humana fueron condenadas. Lo percibo, el lazo que han creado los unirá, pero también los destruirá. Implora que tú y yo seamos los únicos que lo percibimos, si no aspiras que la humana sea asesinada y entregada a ti en una laguna de sangre, no lo sientes por el momento, pero sufrirás lo que ella sufra, sentirás lo que ella siente, desearás lo que ella desee, y si ella muere, morirás tu con ella.

─Me hare cargo de mis actos, nadie es más culpable que yo de esto, no permitiré que mi familia y mi mundo se vea afectado por mi destino. ─suelta Abel, con claridad.

─Quisiera ayudarte, pero esto está fuera de mis manos, no puedo percibir el futuro que nos depara, eso significa que el futuro está incierto, y solo tus decisiones lo encaminarán, espero seas sabio a la hora de tomarlas. Esto nunca había ocurrido antes y no sabemos cómo podría afectarte a ti, ni a la humana, por lo que ahora mismo son un peligro para todos nosotros y créeme que no soy la única que lo percibe, ten mucho cuidado. 

Espero que la disfruten un montón.


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Lazos De Sangre ; DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora