S | ❝ Vergüenza hasta que la sangre se pague con sangre.❞
Klaus Mikaelson ha muerto y Roeland de Martel pone en marcha sus planes de venganza contra la familia de originales, empezando por la hija del gran híbrido, Hope Mikaelson, ha su regreso a la...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
NAJAC ERA A VECES SOLEADO, A VECES NUBLADO, nunca sabías en realidad como amanecería el día; Roeland suponía que de ahí venía su constante cambio de humor. Su madre solía decir que ser impredecible siempre sería lo que le haría ir un paso adelante que todos.
Cuando pisó Francia de nuevo, naturalmente se sintió como un pez en el agua; desde hace dos años, en vacaciones de verano solía visitar el viejo continente, para verificar el mismo que todo siguiera en orden. Quince años estuvo fuera mientras la amenaza de Klaus Mikaelson estaba en el aire.
El jet había descendido en Ruán, donde Roeland sólo tomó un café mientras esperaba su tren. Siete horas por las vías hasta su amado hogar valieron la pena cuando a lo lejos deslumbró las torres del castillo de Martel que le sacaron una nostálgica sonrisa, pues miles de memorias estaban ahí guardadas, esperando por él.
Las reuniones familiares nunca fueron su evento favorito, de niño las adoraba, pues le hacía ilusión ver a sus viejos parientes, de adolescentes las aborreció al verlas como horas de plática donde él no podía intervenir y como adulto, las encontró como un entretenido espectáculo donde su tío se imponía siempre.
Conocía los demonios de cada uno de sus familiares, pero no como sería su reacción hacia él. Mortimer podía haber hecho ya una alianza con ellos para dejarlo al mando, pero Roeland no estaba dispuesto a dejar ir tan fácil el legado que su tío había dejado en últimas instancias en sus manos.
Aunque un par de décadas afectan más de lo que Roeland podía pensar dentro de seres eternos como ellos... Los cuerpos se quedan iguales, pero las mentes no.
Dentro de las grandes paredes del castillo de Martel, toda la familia se encontraba esperando al hijo pródigo, pero hasta entones, de alguna manera se tenia que liberar la tensión acumulada por quince años.
— ¿Vas a hablar de una vez o te quedaras mirándome como un zombie? — Cuestionó Mortimer comiendo otro macarón como lo venía haciendo desde que había llegado de la cacería en la mañana junto a sus tíos Dashiell y August.
