El tiempo pasaba en Storybrook. El frió iba apaciguandose.
Regina cada vez lloraba menos, intentaba superarlo, pero le era imposible dejar de pensar en lo que pudo tener y no tuvo por la ambición de su madre. Henry la ayudaba a superarlo, tenerlo en casa le hacía bien. Pero cuando a este le tocaba con Emma, Regina se deprimía. No dormía, no comía, si salía era para ir a la alcaldía a trabajar y volvía a casa.
Henry se estaba empezando a preocupar por su madre, el no sabía lo que la pasaba, cuando estaba en casa de su madre adoptiva la veía muy demarcada, sus sonrisas eran falsas, a él nunca le daba sonrisas falsas, la oía por las noches llorar o despertarse, si es que dormía, gritando por las pesadillas.
Era Domingo, no había colegios los comercios estaban cerrados, el único establecimiento abierto era La Abuelita.
Henry ya harto de la situación y preocupado por su madre decidió que después del desayuno la preguntaría.
Cuando bajo se la encontró haciendo tortitas de manzana, su especialidad, con café para ella y chocolate caliente con canela para el.
– Buenos días mamá.– Dijo dandola un beso en la mejilla.
– Buenos días cariño– Fijó respondiendo el beso.
– Después de desayunar tenemos que hablar.– Dijo Henry.
– ¿Sobre qué?
– Sobre ti.– contesto dejando la entre perpleja y preocupada.
Cuando acabaron el desayuno Regina se quedó lavando los platos.
– Te espero en el salón.– Dijo Henry, de esa charla no se libra.
Al acabar de lavar los platos y dejarlos escurriendo fue al salón a hablar con su hijo.
– Dime, ¿Qué pasa?– Dijo Regina nada más sentarse en el sofá.
– ¿Qué te pasa a tí?– Contesto Henry esperando una contestacion.
– No de de qué hablas.– contesto Regina de manera interrogante.
– Venga mama a mí no me engañas llevas unos meses muy raros, al principio creí que era por Cora pero esto ya no tiene que ver con eso , al menos no tanto. Porque os encontráis en La Abuelita y ni os miráis, algo pasó con ella y no me quieres decir el que. Ahora que lo pienso si que tiene que ver con ella.– Dijo Henry nervioso por saber que pasaba.
– No se ni por donde empezar.
– Por el principio, siempre por el principio.
–Bueno allá va.– Dijo Regina no muy convencida de querer decírselo, pero sabía que su no se lo contaba no iba a parar hasta saber lo que pasaba.– Todo empezó en El Bosque Encantado cuando yo era joven, tú sabes que mi madre me controlaba mucho y no me dejaba hacer nada, solo había una cosa, montar a caballo, eso me daba la vida. Un día al entrar el los establos me encontré a un nuevo trabajador, era muy guapo, pelo castaño, ojos azules, el hombre perfecto, y conforme pasaba el tiempo nos enamoramos, se llamaba Daniel. Cada vez estaba más en los establos y eso a mi madre no le gustaba, más de una vez me castigo sin montar y yo me escapaba. Un día mientras estaba con Daniel bajo el manzano que planté con mi padre escuchamos unos gritos, una niña estaba encima de un caballo que corría como loco, entonces me subí a mi caballo Rocinante y la salvé, pocos días después, me enteré que estaba embarazada.– Regina a este punto se le caían las lágrimas.– Cuando iba a ir a las caballerizas me dice mi madre que no podía ir, que iba a venir alguien importante a palacio, y me quedé a recibir a los invitados. Llegó el rey con su hija, cuando la vi me quedé perpleja, había salvado la vida a la hija del rey y me estaba proponiendo matrimonio, justo cuando iba a decir que no mi madre dijo que si. Cuando terminó todo el rey junto con su hija pasaron al comedor y yo me fui a los establos. Cuando llegue lo abrace y bese y justo cuando se lo iba a contar aparece Blancanieves, la niña que salvé, y se va corriendo la conté lo mío con Daniel y la pedí que me guardara el secreto, pero ya sabes como es. Planee mi escapada con Daniel, todavía no le había contado nada, estábamos preparando a los caballos para partir cuando entra mi madre y le arranca el corazón a Daniel. No me dio tiempo a decirle nada, apenas tenía un par de semanas de embarazo me acababa de enterar. Al no estar Daniel y no poder escapar me tocó casarme con un señor que me triplicaba al edad. Se pensaba que el bebé que esperaba está hijo suyo. Días antes del parto la matrona me dijo que venía de culo, iba a ser un parto doloroso, y más para una primeriza como lo era yo. Le hice prometer a mi padre que si algo pasaba que lo elijiera a él antes que nada. El día del parto yo no podía con los dolores pero afortunadamente todo salió bien y tenía una pequeña niña a la que puse de nombre Elena. Esa niña era mi vida entera. Estuve meses cuidando de ella y pidiéndole consejos a la abuelita cada vez que podía. Una mañana me desperté sintiendo un vacío enorme en el pecho, como si me hubiesen quitado algo. Efectivamente, mi madre me había quitado a mi hija y me quito todo recuerdo de ella , a mi y a toda persona que supiese de ella. Acabe llenando ese vacío con la venganza y el odio.– Le contó la historia a su hijo.
– Y qué pasó con ella.– Dijo Henry con lágrimas en los ojos.
– Mi madre hizo un trato con Rumpelstilskin , cuando le pregunté que había sido de ella me dijo que estaba muerta y eso me destrozó. Por eso estaba tan deprimida. Tuve una hija a la que nunca llegue a conocer.– Regina ya no podía contener más las lágrima, había estado aguantando mucho tiempo.
Henry al ver a su madre así la abrazó con todas sus fuerzas.
– ¿Guardas algo de ella? – Preguntó con curiosidades al ver a su madre más calmada.
Regina al escuchar eso subió a su cuarto, cogió en peluche y bajo.
– ¿Ese no es mi peluche?–Dijo Henry intrigado.
– Antes que tuyo fue de tu hermana y antes fue mío. Este peluche lleva mucho uso. Ella era incapaz de dormir sin el. Dormía con una mano bajo su cabecita y con la otra abrazaba al peluche.– Le contó con cierta nostalgia.
– Te quiero mucho mamá– Dijo Henry abrazándola, el sabía que necesitaba un abrazo.
– Y yo a ti mi pequeño príncipe, y yo a ti.
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Lo que perdí
FanficCora recupera su corazón y va a Storybrook a contarla la verdad a su hija.