Pecados

01

Para Naruto la vida no había sido fácil, desde sus primeros años de vida estuvo desamparado y sin conocer el calor de un hogar, sufriendo el desprecio y los maltratos de todos aquellos que debían apoyarlo.

Lo único que siempre quiso fue una familia, personas a las que pudiera amar y quiénes lo quisieran de igual forma, pero cada vez le era más difícil conseguirlo;
el tiempo pasaba y él dejaba de ser un cachorro pequeño que aunque sea obtenía cierta lastima de los Omegas, su presencia dejo de ser agradable para la mayoría.

Llegó un punto en que no podía más, la soledad era demasiada para un pequeño como él, y cuando estaba apunto de apagar su vida, ellos aparecieron, poco a poco.

Hinata, Sasuke y Sakura fueron su salvación, los tres niños fueron en cierta forma atraídos hacía él y nunca pudieron apartarse de su lado, formando un vínculo con ellos que no era capaz de romperse.

Los niños formaron una pequeña manada, al fin Naruto tenía a quienes proteger, por eso era que no estaba dispuesto a separarse de quienes consideraba su familia;
él daría lo que fuera porque ellos estuvieron en paz y Unidos para siempre.

Así comenzó todo ese teatro, con el paso de los años la necesidad de estar juntos fue mayor, no era algo opcional desde que descubrieron el motivo del porque nunca toleraron estar separados.

Resultaba que Naruto y Sasuke poseían un gen recesivo en su código genético, un alelo puro que les permitía tener una compatibilidad química completa con más de una persona, en palabras generales; ambos alfas tenían más de una pareja destinada, siendo estás Sakura y Hinata a la vez.

Para ellos la felicidad total, sabiendo que nunca podrían apartarse del lado de los demás, aunque tampoco es que desearan hacerlo; sin embargo existían leyes en Konoha que prohibían ese tipo de relaciones, se creía que la existencia de esos genes no era nada más que una desventaja evolutiva y que si llegaban a aparecer se debía controlar la multiplicación de estos, pues una vez que despertaban era probable que volvieran en generaciones continúas.

Y entonces apareció ese acuerdo, que en ese momento parecía la única solución, volviéndose un secreto de los más íntimos de la pequeña manada; muchos estuvieron en contra, argumentando que ese trato terminaría por causarles problemas, sin embargo no hicieron nada más y los jóvenes estuvieron satisfechos con saber que guardarían su secreto.

Ojalá hubieran hecho caso a los consejos de sus amigos, porque en el futuro ese acuerdo que los hizo tan felices fue la causa de su caída.

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