Muchos juzgaban a Sasuke, se decían varias cosas que trataban de perjudicar su reputación y que solían ser hirientes, aunque nunca eran dichas en presencia del alfa; cosas como esa solían pasar cuando Sakura paseaba por las calles en compañía de Hinata o bien cuando una de las dos estaba sola.
Las personas eran sinvergüenzas, pero no demasiado estúpidas como para no darse cuenta que si decían esas cosas delante de Naruto o de Sasuke terminarían muertos, al menos para eso sus cerebros si funcionaba.
Pero no sé limitaban a juzgarlo, también creaban y esparcian mentiras para dejar mal parado al único Uchiha; más de una vez Hinata escuchó como un par de chismosos inventaban que Sasuke era un infiel, que tenía una amante e hijos bastardos y por eso pasaba tanto tiempo lejos de la aldea.
Y esas habladurías eran molestas hasta para la dulce Hinata, que más de una vez estuvo tentada a dejar de lados sus modales de heredera Hyūga y quiso lanzarse para arrancarles la lengua a esos malditos chismosos, pero luego recordaba que debía darle el ejemplo a Naruto y Sakura de la prudencia.
Lo único que podía hacer era acorralar a los chismosos y darles un pequeño escarmiento por conductas tan indebidas, aunque eso no lo sabía alguien más que Sasuke.
Pero había veces en las que creía lo que decían, odiaba no poder reclamar y decir públicamente que Sasuke no era esa clase de persona, que de hecho era un alfa amoroso y responsable e incapaz de dañar a quien en verdad quería; detestaba que Sakura tuviera que cargar sola con las habladurías de la gente y que ella no pudiera hacer nada porque pondría en riesgo su acuerdo.
Debía resignarse a su realidad, la que ella había escogido porque no estaba dispuesta a perder a quienes consideraba su familia, cada quien tenía un deber dentro de su pequeño mundo; Naruto velaba por la seguridad de la familia, Sakura procuraba dar su apoyo incondicional, ella era quien se aseguraba de su bienestar y felicidad, y Sasuke debía protegerlos de los peligros que surgieran en el exterior.
Era difícil, ella lo sabía desde que acepto esa alocada propuesta, pero lo acepto porque sabía que podrían enfrentarlo, y también tenía otro significado: Permanecerán juntos para siempre.
Hinata lo sabía, que Sasuke pese a lo largo de su viaje regresaría al lado de su familia y ella junto con los demás le esperaría, porque ya no estaba sóla.
Hinata tenía a Naruto que la esperaba en casa, con una sonrisa reconfortante y que le recordaba a cada momento lo mucho que apreciaba su dedicación con su familia, tenía a Sakura que la acompañaba en cada cosa y con la que podía compartir pensamientos que solo ellas entendían.
No se quedaba esperando sola, esperaba junto a ellos.
Todos hubieran tolerado la vida de esa forma, con las idas y venidas, soportando lo que pensaran y dijeran los demás.
Pero no todo era color de rosa, Hinata sabía que algún día deberían dividirse y que eso sería inminente.
Y un día ese hecho se presentó.
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Hinata era una persona enérgica y responsable, por lo que no era de extrañar que en su hogar fuera la primer en despertar y también en estar presentable.
Era algo usual para ella despertar incluso antes de que sonará la alarma y abandonar la comodidad de su cama de forma sigilosa, quien dormía a su lado normalmente no se percataba de que Hinata se movía debido al tacto delicado que poseia en cada uno de sus movimientos.
Pero no esa mañana, Hinata se había despertado con el sonido de su alarma taladrando su tímpano, y aun así no quiso levantarse; su cuerpo se sentía más cansado que de costumbre y le rogaba que se quedará en la cama para descansar durante un tiempo extra.
Estaba totalmente exhausta y no sabía porque, era consciente de que solía hacerse cargo de los quehaceres domésticos y que solía encargarse de otras tareas, pero normalmente recibía ayuda de parte de Sakura y Naruto.
Aunque últimamente los deberes habían recaído sobre ella, Sakura estaba cubriendo turnos dobles en el hospital de la aldea debido a los nuevos alumnos que estaba instruyendo junto a Shizune y Naruto recibía misiones que lo ausentaban por varios días.
Se sentía completamente fatigada, y eso no era de su gusto, desde pequeña había tenido el habito de mantenerse ocupada; fuera entrenando o ayudando a su madre con alguna labor en su hogar, esa fue la forma en que se volvió disciplinada y centrada.
No le gustaba ser perezosa.
Naruto aún permanecía a su lado, durmiendo pacíficamente y con los brazos sujetando su cintura, no quiso molestarlo; sabía que esas misiones en las otras aldeas eran importantes y que debido a eso era que estaba tan cansado.
— Hinata — dijo Naruto en susurro.
Pero era necesario, su cuerpo parecía enfermo, porque ahora sentía náuseas y unas extenuantes ganas de vomitar, así que contra su voluntad se levantó bruscamente de la cama y corrió hacia el baño de la habitación.
Hinata se limitó a dar arcadas y expulsar los alimentos, poco a poco las náuseas que tenía desaparecieron y su mente se despejó para analizar lo que le sucedía.
Podría pensar que todo se debía al cansancio, pero lo más lógico en ese caso sería que solo tuviera deseos de descansar más tiempo, y sus náuseas no entraban en esa lógica; ningún alimento estaba mal cocinado o pasado de fecha.
Eso solo significaba una cosa.
Se tiro en uno de los rincones, asimiló todo lo que estaba pasando en ese momento, todo lo que conllevaba esa noticia y comenzó a llorar. Por primera vez en su vida no contuvo sus sollozos y dejo que las lágrimas que había contenido tanto tiempo fluyeran por lo largo de su rostro.
— Hinata.
Los ojos de Hinata elevaron su mirar y se encontraron con el rostro preocupado de Naruto y a una aturdida Sakura, ambos incrédulos de la imagen que veían.
La Hinata que solía mostrar una sonrisa cálida en su rostro y que les daba siempre una mirada dulce, estaba tirada en el piso dando sollozos lastimeros.
Sakura fue la primera en acercarse, tratando de auxiliarla y revisando cada parte visible del cuerpo de Hinata para ver si tenía alguna herida, pero no había daño físico, lo que de hecho preocupó más a la pelirrosa.
Sakura miro a Naruto, y él rubio entendió que la situación era más difícil, no había herida física en Hinata.
Lo que le atormentaba iba más allá de algo que pudiera curarse.
— Hinata— exclamó preocupada
Sakura—¿Qué es lo qué pasa?Hinata negó con la cabeza, no quería responderle todavía, no sabía cómo lo tomarían.
Naruto se acercó lentamente a dónde estaban ambas mujeres, liberando su aroma por la habitación y tratando de esa forma de calmar a Hinata.
— Hinata— Naruto habló, provocando que ambas lo mirarán y que la oji-perla se comenzará a calmar — ¿Qué sucede?
Los ojos de Hinata no dejaron de estar húmedos, pero sus lágrimas dejaron de fluir durante esos momentos, no supo de dónde sacó la valentía para decirles lo que pasaba.
Sin embargo entendía que no había nada que se pudiera hacer, y ella sabía mejor que nadie que ese momento que tanto temía había llegado.
— Yo en verdad...no fue mi intención— justificó — no quise provocarles esto...
— Hinata, sea lo que sea lo entenderemos—dijo Sakura — nadie te culpara.
Hinata tomo aliento por última vez.
Ya era hora de que dejara de jugar y madurará.
— Estoy embarazada.
Continuará...
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Pecados
Fanfiction"Nunca creí que nuestros errores los afectarían a ellos" 🌕 Naruhina-Sasuhina 🌕 SasuSaku- Narusaku 🌕SaraBoru 🌕AU Omegaverse