Le dolía. Un montón. Tener que esconder sus sentimientos porque eran rechazados por los demás. Porque no debía amar.
Lo admiraba de lejos y se preguntaba ¿cómo es que había pasado?
Había sido solo una sonrisa. Un par de palabras dulces. Una que otra mirada indiscreta.
Era la intensidad con la que sus ojos la miraba. La suavidad de su voz cuando se dirigía a ella. Lo delicado de su tacto cuando se paseaba por su mejilla trazando caminos que se perdían con el tiempo.
No habían comenzado cuando ya estaba acabando, no había llegado al fin sin embargo. Se quedo en medio del camino.
Me dolía. Que fingiera que no pasaba nada.
Me dolía. Que caminara fresco y relajado por los pasillos del instituto mientras ella se moría de adentro hacia afuera.
Me dolía. Que no le importara que se metieran conmigo por quererle.
Me dolía. Que creyeran que yo estaba chiflada por decir que él me amaba.
Me dolía. Que todos creyeran que era una simple chica con la que compartías un par de sonrisas.
Dolía un montón, que no te interesara lo que pasaba conmigo fuera de tu departamento.
Había lidiado con el dolor, porque se había vuelto mi aliado cuando decidí finalizar esto.
Se había unido y aferrado a mi como yo a el. Y juntos lograríamos olvidarte.
Dolería, por supuesto.
Pero seria tolerable.
Porque ahora cuando te veía caminar por los pasillos luciendo desgarbado e inseguro de ti mismo, mientras yo lucia radiante y atraía la atención de algunos chicos, podía ver el dolor asomando en tus ojos.
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Pensamientos de medianoche.
Teen Fiction"Pensamientos inconclusos, momentos oscuros, el corazón oprimido y las lagrimas atoradas en la garganta. Un nudo constante en el pecho, el aire asfixiante y el calor sofocante. La oscuridad absorbente. Historias sin sentido. Comienzos a medio acabar...