Era un caluroso 25 de Agosto... Las cigarras cantaban con alegría aferradas a los árboles de Floridablanca como contentas al saber, de una forma u otra, que el verano estaba tocando poco a poco a su fin.
Las calles estaban desiertas por el fulgor del inclemente sol... El horizonte se fundía con el suelo, como si de agua se tratase y a su vez, el cielo, parecía una pintura al óleo, fresca y resplandeciente.
A pesar del abrasador sol que caía sobre Floridablanca Katie, la protagonista de esta historia, no se dejó amedrentar por la tormenta solar que acontecía en aquel día de verano y, con una determinación férrea, caminaba hacia la estación con perlado sudor resbalando por su rostro.
Floridablanca nunca le había parecido tan brillante a la chica quien, por fin, sentía que podría disfrutar de un día con tranquilidad, ya que cierto asistente yokai se había marchado a no se que conferencia de antiguos alumnos, dejando a la joven por primera vez en mucho tiempo a solas.
De todos modos, a pesar de estar prácticamente finiquitado el verano, Katie notaba como el calor pesaba en sus hombros y decidió darse un poco de prisa, ya que le resultaba muy bonito ver el espectáculo de colores al sol, pero comenzaba a marearse por el calor... Por lo que pensó en ir pasando por debajo de los balcones y, también, ir corriendo por las zonas de más sol, justamente para evitarlo...
A medida que avanzaba Katie no podía dejar de pensar en aquel folletín que se encontró en el suelo hará una semana... "¡Consiga su Taiyaki especial en la nueva tienda ambulante! Solo cerca de la estación. ¡No se arrepentirá!"
No sabía si se había dejado espiritar por Abuzampa o que, pero el hecho es que quería, sin lugar a dudas, uno de esos dulces japoneses, ¡Sea como fuera lo quería!
...
Tras toparse con varios semáforos en rojo, y tras pararse a hablar con algunas personas amigas de la familia (ya que Floridablanca era una ciudad relativamente pequeña), Katie llegó finalmente a la estación donde, con la mirada, buscaba el puesto ambulante del mentado dulce japonés. No fue muy difícil encontrarlo, una furgoneta rosada estaba estacionada con un dibujo gigantesco de un pescado bastante mono... Además, ponía "Taiyakiscelent" en grande, por lo que tenía que ser ese seguro.
El caso es que ella se dirigió camino al puesto cuando una presencia bastante poderosa le hizo frenar en seco... Miro a su alrededor, ¿Qué otra cosa podía hacer? Sin embargo no vio nada ni a nadie, hasta que le dio por utilizar la lente... Por la cual vio a Orochi, el yokai escurridizo de melena verdosa y bufanda turquesa, quien estaba mirándole sobre un árbol. Katie suspiró al verle, aliviada.
_ Que susto me has dado..._ Comenzó la joven, con una mano en el corazón, que le latía con fuerza_ Creía que alguien me quería robar...
De un salto Orochi se posicionó frente a ella, evitando tocar el suelo, valiéndose de su habilidad de flotación.
_ Ruego me disculpes pero te vi caminar muy apurada y sentí el irremediable impulso de seguirte._ Haciendo una reverencia, el yokai reafirmó su disculpa.
_ Ah, no, no pasa nada..._ Mirando de forma discreta a su alrededor, vio como varias personas murmuraban al ver a la chica hablando sola, por lo que intentó que no se notara el hecho de que hablaba con un fantasma del pasado_ ¿Quieres un Taiyaki...? Iba a comprar uno, pero me da para otro... Así podemos irnos a cualquier otro sitio más discreto a hablar.
Dándose por aludido, el solemne yokai asintió yendo a su lado para conseguir el tan ansiado dulce.
...
Tras unos, tal vez, 20 minutos de cola, ya que pareciera que el puesto tenía éxito, Katie por fin consiguió pedir los dos Taiyaki; el dueño le miró extrañado debido a la inusual propuesta, ya que la joven era solo una y la comida que vendía era abundante, haciendo obvio que la chica no podría acabarse los dos... Aun así, el hombre le vendió ambos.
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La voz de la luna
FanfictionKatie x Orochi/Venocto (Yokai Watch) ~Estado: Finalizada~