La niebla se extendió por las calles de Floridablanca. Miles de yokai, tales como Gishin'anki o Michibiki, aparecieron vigilando las calles, esperando a ver si pillaban alguna presa y, en medio de la calle principal, una inmensa mole roja con un mazo de pinchos se paró, mirando directamente a Orochi con esos ojos tan escalofriantes.
El yokai de la bufanda turquesa frunció el ceño, su amiga estaba durmiendo y no iba a permitir que nadie, ni siquiera un intento de yokai, le perturbara el descanso; Sin pensárselo dos veces, Orochi se lanzó a por él.
...
El mazo del Oni tenía una fuerza abrumadora y, por muy ágil y escurridizo que fuera Orochi, alguno que otro de los bandazos que daba al aire se los llevó el yokai de clase S sin poder hacer nada.
Aun así, haciendo uso de sus habilidades como yokai de alto rango, consiguió librarse de varios de los esbirros del Oni, que se esfumaron al instante de ser derrotadas.
_ No puedo seguir así..._ Se dijo a sí mismo Orochi, todo magullado y extenuado _ He de acabar con él cuanto antes, no seré capaz de retenerlo más a éste paso...
El Oni avanzaba por la calle, ahora más cerca de la casa de Katie, quien era ajena a la situación en la que su amigo yokai se encontraba. La niebla se volvió más densa y, por lo tanto, más peligrosa... Aunque Orochi no debía dejarse intimidar ya que de éste último movimiento dependía el futuro de la noche.
_ ¡¡Yamata no Orochi!!_ Conjuró, y su bufanda se multiplicó por ocho, comenzando a atacar sin miramientos al ogro, quien se vio sobrecogido por la energía espiritual que desprendían los dragones.
Tras el ataque, por fin el Oni dio un paso atrás... Parecía sorprendido de que por fin alguien le parase los pies... Finalmente, el inmenso yokai miro al cielo y, a continuación, a Orochi, quien mantenía la posición de combate.
Con un gruñido desafiante, el ogro desapareció, llevándose consigo la niebla... Y dejando ver por fin la luz de las estrellas y la quietud de la calle.
Orochi por fin pudo respirar. La ciudad estaba dormida, ni un solo ruido más allá del maullido de un gato o el ladrido lastimero de un perro que presenció la batalla... No había nadie en la calle, solamente un vagabundo que iba a refugiarse al templo de Cumbres floreadas y una tímida ráfaga de viento fresco que removía las hojas barridas del porche de alguna casa.
De golpe, Orochi noto como el cansancio iba haciendo mella... Su cuerpo pesaba, sus heridas comenzaban a escocer y le zumbaba la cabeza por un desafortunado golpe.
Dirigió su mirada hacia la casa de Katie, bastante cerca de donde estaba él, y aprovechó para acercarse a mirar... Katie había dejado la ventana entreabierta; "Que imprudente", pensó Orochi, "podría dejar entrar espíritus indeseados", y su primer impulso fue el de cerrarla... Pero se detuvo y, en su lugar, entró en la habitación.
Observó el cuarto de la chica, bastante femenino a decir verdad y todo recogido y en su sitio. Katie, por su parte, estaba descansando en la cama, pegada a la pared, que estaba fría... En un impulso se acerco a ella y le acarició la cara con el dorso de la mano.
_ ¿Orochi...?_ La voz de la chica sobresaltó al Yokai_ ¿Eres tú?
El chico la miró, sorprendido... Juraría que estaba durmiendo pero al parecer no era así.
_ Saludos..._ Musitó él, bajito_ Perdona por aparecer así de golpe...
Ella negó y le dejó sitio, para que se tumbara con ella... Al principio, Orochi se quedó inmóvil pero, al cabo del rato, aceptó el ofrecimiento y se tumbó a su lado. En la penumbra, ambos se miraron.
_ Estás todo magullado...
_ Lo sé._ Respondió él_ Lo siento...
_ ¿Por qué te disculpas?_ Preguntó ella, confusa.
_ He hecho que te preocupes sin motivo...
Katie le pasó la mano por la mejilla, aportándole el flequillo... Un moratón recorría gran parte del rostro del chico. Ella arqueo las cejas.
_ ¿Quién te ha hecho ésto?
Orochi puso su mano sobre la de ella, cubriendo la parte del rostro que le había descubierto ella... Los labios de él rozaron su palma, haciendo que a Katie se le acelerara el corazón.
_..._ Orochi no respondió a la pregunta.
_ E-Está bien si no quieres decirlo...
El yokai negó con la cabeza.
_ Perdona, solo estoy algo cansado...
_ Deberías descansar... No se que ha pasado pero... Desde luego necesitas un poco de paz.
El silencio de la habitación colmó de tranquilidad la alborotada mente del yokai y, sin hacer nada por evitarlo, cerró los ojos. Katie hizo lo mismo, ofreciendo algo de confort al chico, que respiraba ahora más suavemente.
...
Lo que quedaba de noche fue como una bendición para Orochi; el sonido de las cigarras y los grillos cantando en la noche... El frescor que entraba por la ventana de Katie y, bueno, la propia Katie, por quien había librado aquella batalla.
Aunque los yokai no dormían, Orochi descansó todo lo que pudo para reponer fuerzas y, cuando Katie se hubo dormido, se dedico el resto de la noche a observarla y velar su descanso.
Cuando el amanecer asomó en el horizonte, el yokai decidió que ya era hora de irse y, en un impulso, plantó un suave beso en la frente de la chica... Un beso refrescante que devolvió a Orochi algo de su antigua consciencia humana... Y poco a poco se fue desvaneciendo, su figura se hacía menos visible a medida que los entrometido rayos de sol se colaban en aquel santuario que se había formado tras la tormentosa batalla... Y, cuando por fin amaneció, Orochi se hubo marchado.
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La voz de la luna
FanfictionKatie x Orochi/Venocto (Yokai Watch) ~Estado: Finalizada~