La voz de la luna

Capítulo 2_ Flores de azufre

Katie amaneció muy temprano al día siguiente, el acontecimiento que se llevaría a cabo esa misma noche le había robado el sueño y tan solo había logrado dormir unas 3 o 4 horas... Pero, aun así, la joven no estaba para nada cansada.

El sol entraba tímido por la ventana, informándole del reciente amanecer mientras sus padres seguían durmiendo con total tranquilidad; Eran las 8 de la mañana.

Se desperezó y vistió para a continuación bajar al piso de abajo, haciéndose seguidamente un desayuno sencillo pero que le diera toda la fuerza posible (tostadas con crema de cacao, una manzana y un vaso de leche, ya que necesitaba algo de azúcar para conseguir despejarse del todo). A Katie le haría falta tener bastante energía para el día que estaba por llegar, ya que ese mismo día había quedado con Dudu por la mañana para ir a dar una vuelta.

Algún pajarillo cantaba una alegre melodía en el horizonte cuando por fin se decidió a salir de casa, estirándose de cara al día, notando los acaloradas rayos de sol y la tenue brisa que sólo duraría unas pocas horas contadas.

El camino a casa de Dudu era largo, ya que vivía en el barrio adinerado de la ciudad, pero a Katie se le hizo un suspiro gracias a la bicicleta que le regaló su padre tan solo un par de semanas atrás... Le encantaba su bici.

...

_ ¿Ya tienes el kimono preparado para el festival?_ Preguntó Dudu, bajándose los cascos y dejándolos reposar en el cuello.

_ ¡Si! Lo he sacado del armario para que no se arrugue.

El amigo de Katie sonrió, caminando a su lado con total calma. En realidad, Dudu y Katie se habían llevado siempre muy bien y podrían considerarse prácticamente como hermanos... Él le contaba a ella todo lo que le preocupaba y ella hacía lo mismo, por lo que se le hacía muy ameno hablar con él.

_ ¿Tú ya sabes con quien iras?

_ ¿Yo? Pues..._ Dudu se lo pensó un rato_ Creo que se lo pediré a Oso, no tengo muchas opciones...

_ ¿Cómo que no? Si las tienes a todas detrás...

Con una ligera risa avergonzada, Dudu se encogió de hombros.

_ Bueno, eso es una cosa, pero que me guste alguna es otra...

_ Ya veo, ya...

_ ¿Tú ya tienes con quien ir, Katie?

La chica se quedó pensativa un rato... ¿Cómo iba a decirle que su acompañante iba a ser un fantasma? Si se lo dijera tal cual, Dudu seguro que se reiría en su cara...

Finalmente, Katie tiró por el viejo clásico.

_ Bueno si, se lo he pedido a un... Amigo.

_ Vaya, vaya... Conque a un amigo, ¿Eh? Hablas mucho de mi, pero tú también eres una rompe corazones de cuidado.

Con un ligero rubor, Katie rió la gracia de su amigo, dándole un amistoso empujón.

_ No seas tonto, anda...

_ Bueno, da igual_ Haciendo un gesto con la cabeza, Dudu le señaló un Superhiper_ ¿Compramos un par de bebidas? Estoy seco.

...

La mañana pasó volando y cuando Katie se quiso dar cuenta, Dudu se tenía que volver a casa, quedando ella sola en medio de la calle.