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La excitación del momento hizo que me armara de valor y yo mismo me clavé, en pocos minutos ya podía contorsionarme de placer mientras me la metía y me la sacaba con frenesí.

Al mismo tiempo Jimin comenzó a embestirme sin piedad mientras me besaba desesperadamente.

- tienes un agujerito muy caliente – me dijo con la voz entrecortada debido a la fuerza de sus embestidas – y lo más hermoso, es que decidiste compartirlo conmigo y es de lo mejor de la vida. Tu apretadito es lo más hermoso que me pudo ocurrir en la vida.

Poco a poco, el dolor inicial comenzó a desaparecer, casi al mismo tiempo que sentía que mi corazón palpitaba a mil por hora y la piel de todo mi cuerpo se me erizaba cada vez que Jimin se introducía por completo, cada vez que los huevos chocaban y hacían ese ruido de aplauso que me calentaba todavía más.

Jimin me hablaba tiernamente:

- ¿sabes cuantos chicos del grupo se van a morir de celos? porque al verme pasar contigo a mi lado, sabrán que ya tienes un macho que sabe reconocer la belleza de tu ser y de tu colita.

Me aferré con mis uñas a su espalda, no quería que se saliera de mi interior, quería sentir la máxima capacidad el mayor tiempo posible, quería que su cabeza dura me rompiera para siempre.

Comencé a besarlo otra vez, beber la miel de sus labios mientras ordeñaba el néctar con mi rapidez.

Durante las noches veía muchas estrellas en el cielo, pero mis ojos perdieron la capacidad de maravillarse por otro espectáculo, cuando Jimin me la dejaba ir hasta adentro, podía ver otro tipo de estrellas, Jimin me llevaba a la luna y las estrellas con su hermosa y perfecta envergadura.

Mi Vecino Jimin ft. Ruben AlemanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora