cambio.

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Las semanas fueron pasando y su actitud conmigo se dividió en varias etapas.

Desde la primera semana hasta la segunda se mantenía neutral y solo hablaba si yo se lo pedía.

De la segunda hasta la mitad de la cuarta me hacia preguntas y hablaba un poco más, ayudaba más al aseo de la casa y no huía de mi.

Desde la mitad de la cuarta hasta ahora que vendría siendo la quinta semana y algunos días hablábamos con más naturalidad, había más contacto físico de mi parte y ella solo correspondía.

Hasta ahora nos dividimos las tareas, ella  limpian la casa y el jardín, yo me encargo de la comida y tirar la basura y juntos lavamos la ropa, aunque no es mucha pues ambos solo usamos kimonos; y en cuanto a los baños pues yo me encargo de eso, ella puede, de hecho siempre pudo pero prefiero ser yo el que deba hacer esa tarea.

-oye... -me senté junto a ella que se encontraba mirando el cielo azul desde el patio trasero de la casa.

-¿hmm? -pregunto manteniendo su vista hacia arriba.

-me gusta verte sonreír más. ¿Te sientes mejor a la ultima vez?.

-si... Es lindo tener a alguien que te apoye y cuide después de pasar por tanto. Saliste de tu zona de confort para cuidarme porque soy patética y olvide como hacerlo sola. -ella tomó mi mano- gracias.

-no tienes porque darmelas.... Solo me gustaría que me hicieras un favor.

-¿cual es ese favor?.

-me gustaría que volvieras conmigo. Quiero seguir Cuidándote y hacer otras cosas... Que no he hecho en años.

-estaría bien...

Ambos se miraron sonriendo y volvieron su vista al cielo.

........

Unas horas más tarde luego de el almuerzo y la hora del baño gaara se encontraba tranquilamente leyendo un libro que encontró en una pequeña biblioteca que estaba en la sala.

En ese lugar no había demasiado que hacer, no sabia como la chica no se aburrió en tanto tiempo ahí, el aveces salia a ver ta sus amigos y luego volvia con algún dulce o comida para natsumi, leía algunos libros o se limitaba a hablar con la azabache.

-gaara. -llamo la chica al pelirrojo.

-dime. -dijo el chico apartando el libro un momento.

La chica desamarró su kimono y lo dejo caer hasta el piso solo dejando su ropa interior.

-¿mi físico a mejorado? -preguntó la chica desviando la mirada sonrojada.

El pelirrojo se levanto con sus mejillas encendidas por un color carmesí y una sonrisa en sus labios, cuando se acerco hasta ella solo la abrazó.

-te ves hermosa como siempre... Siempre te viste hermosa, pero ahora que estas más rellenita te ves muy apapachable y quiero besarte mucho. Así que por favor, -el la abrazo un poco más y se acercó hasta su oido- quiero que me digas ahora si tengo el permiso de manosearte y hacerte el amor por primera vez después de años...sino solo dilo y me alejaré.

-quiero hacerlo...

El chico pelirrojo empezó dejando besos húmedos por el cuello de la azabache mientras con sus manos recorría el cuerpo de la misma, a pesar de haber tenido relaciones varias veces en el pasado el tacto entre ellos después de tanto tiempo los ponía algo nerviosos pero a la vez el calor se volvió reconfortante.

Ambos llegaron hasta el piso y el chico se coloco sobre natsumi mientras dejaba besos por sus pechos, abdomen y piernas. El tocaba cada parte con cuidado y cada beso estaba lleno de amor, el quería hacerle saber que estaba ahí y no volvería a dejarla; Que solo el podría hacerla gemir y jadear con solo tocar su piel.

El quito el sujetador de la chica y dejaba besos en uno y con su mano masajeaba el otro y así sucesivamente hasta dejar ambos pechos erectos.

El también estaba necesitado pues su erección empezaba a apretarse cada vez más y a doler. El tenia el mismo tiempo sin hacer eso que ella, a excepción de la veces que no aguantaba y debía darse amor el solo.

La chica se levanto y se subió sobre el mayor quitando su kimono con cuidado y tocando sus músculos marcados, con sus dedo recorría su clavícula, hombros, brazos y su abdomen, luego de terminar de quitar la prenda se centro sobre la erección del pelirrojo causando un gemido de este, ella hacia movimientos circulares sobre el chico y besaba su cuello mientras que era el turno del joven para disfrutar el momento.

Así continuaron un rato más, luego natsumi dio el ultimo paso; ella bajo sus bragas y el bóxer del chico y cuando estuvo a punto de introducirse el chico la detuvo.

-no tengo condones. -el estaba agitado y sudado.- ¿quieres hacerlo sin eso?.

Ella asintió y gaara dejo un beso en los labios de la jovencita.

El tomo sus caderas y la ayudo a introducirse en el, ella estuvo unos minutos acostumbrándose al dolor mientras gaara la besaba de manera lenta. Cuando logro acostumbrase ella empezó a saltar sobre el miembro del mayor haciendo soltar sonoros gemidos.

La habitación tenia un calor abrazador, el sudor de ambos, sus pieles chocando y sus gemidos era lo único que se escuchaba en el lugar.

Ambos estaban realmente necesitados, les hacia falta ese contacto o se volverían locos y comenzaron a hacerlo cada vez más rápido y luego de correrse un vez, volvieron a hacerlo una vez más.

Esta vez la posición cambio, natsumi se encontraba boca abajo y levantando su trasero dejándose a mereced del pelirrojo, cuando estuvieron a punto de un segundo clímax cambiaron de posición nuevamente estando el chico arriba y ella debajo, ambos tomaban sus manos y se besaban de manera salvaje mientras aumentaba la velocidad de las embestidas.

Y luego de correrse una segunda vez gaara saco su miembro de la chica y la tomo en brazos para llevarla hasta su habitación, ella estaba bañada en sudor y tenia pequeños espasmos en su cuerpo, el la deposito en el futon y de un pequeño bolso que tenia el chico saco un par de pañuelos húmedos y limpio el semen sobrante que se resbalaba por la piernas de la chica y por otras partes, tiro los pañuelos y la envolvió con sus brazos, dejo un beso en su cabeza y se dedicaron un par de miradas.

Nadie decía nada, solo se limitaban a mirarse, dejar besos en su cara y algunas caricias.

彡Enseñarte a Amar | Gaara | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora