Parte 3

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JIMIN

Después del suceso con las gemelas Oh, discutí acaloradamente por primera vez con mis padres, no comprendía porque se les había metido eso en su cabeza. Ya no estamos en el siglo pasado como para que quieran casarme de esa manera, a la única que amo es a MiJoo y no pienso renunciar a ella.

—Cariño, no me gusta la idea de que tengas cita con esa invalida — hizo un puchero mi hermosa novia.

—Créeme que lo último que quiero es estar en el mismo lugar que esa niña — suspiré ofuscado tan solo recordar la discusión con mis padres. Se atrevieron a amenazarme con desheredarme si no aceptaba sus términos... como si me importara, mientras tenga a MiJoo nada más me interesa —. Te prometo que la única boda que habrá será la de nosotros — le di un casto beso —, no importa si me quedo sin dinero, podemos salir de esta.

MiJoo me miró extrañada — ¿Acaso te planean quitar lo que te pertenece? Eso es injusto, eres el único heredero — cruzó sus brazos enojada,

—Te equivocas, mis padres planean darle mi herencia a mi primo si no hago lo que quieren —respondí desinteresado —, pero eso no importa mientras nos tengamos — quise besarla nuevamente, pero ella me esquivó.

—No dejes que tu primo se quede con lo que te pertenece — se levantó —, tienes que seguir con los planes de tus padres.

—Debes estar bromeando.

—Una vez que cumplas 18 años y tengas en tu poder lo que te pertenece, te divorciaras de esa inútil — se sentó en mi regazo y acarició mi cabello —. Cariño tienes que sacrificarte para que puedas tener tu herencia, así podremos estar juntos.

Mi móvil comenzó a sonar interrumpiendo nuestra conversación — Dime, padre — contesté secamente.

—¡Cómo te atreves a dejar plantada a tu prometida! — gritó inmediatamente haciendo que aleje mi móvil — Hoy tienes una cita con ella y más te vale aparecer o de lo contrario ve preparando tus maletas — dicho esto colgó. MiJoo me miró preocupada y debo admitir que yo también comencé a preocuparme por mi situación, si no obedecía me botarían de casa, ¿a dónde iría? MiJoo aún vive con sus padres y no creo que me acepten en su casa —. Haré lo que dices, no permitiré que esa invalida me arruine mi vida — respondí decidido.

Mantendría contento a mi padre hasta lograr convencerlo de que esto es una locura y si no funciona me escaparé con MiJoo cuando cumpla 18 años, ella me tendrá que seguir con o sin dinero, si es que en verdad me ama, aunque estoy seguro que ella no me dejará.

NARRADORA

Jimin estaba de malhumor al sentirse obligado a ir a dicha cita, sentía repudio y odio hacía JinHee. Para él, JinHee solo era una carga y había quedado claro que la señora Oh pensaba igual.

—Empecemos de una vez — dijo sentándose frente a ella —Solo tengo que estar presente, no hay necesidad siquiera de hablarle — pensó tomando la carta. Ambos guardaron silencio durante toda la cita, JinHee estaba tan incomoda y algo enojada por su comportamiento.

—Sé que esto no es para nada agradable — JinHee finalmente habló al terminar su comida, se limpió delicadamente sus labios —, créeme que, para mí, el sentimiento es mutuo.

Jimin chasqueó su lengua al escuchar sus palabras — Que bueno que tampoco te agrade, eso me hará la vida más fácil — se puso de pie y fue a pagar la cuenta, no se quedaría ni un segundo más en ese lugar.

Cuando estaba por bajar, ella lo llamó — ¡Disculpe! — se acercó lo más rápido a él en sus silla de ruedas.

—Ahora que quieres.

—Me podría ayudar a tomar un taxi, ¿por favor? — pidió avergonzada. No planeaba molestar a los trabajadores del restaurante.

—Tienes dinero suficiente para arreglártelas, además — sonrió ladino —, mi compañía no es agradable — le guiñó y se marchó.

—Idiota — murmuró girando su silla de ruedas para pedir ayuda a los camareros.

**

Las citas continuaron y la actitud de Jimin no cambiaba, era frio y cortante con ella, siempre se marchaba dejándola sola. JinHee quería pedir a su madre que algún sirviente la acompañase, pero eso haría que ella se diera cuenta que su relación con Jimin no progresaba y no quería que ese chico le odiase más.

En una de esas citas, ya había anochecido y las calles estabas desoladas, Jimin como siempre se marchó dejándola completamente sola.

JinHee decidió llamar a su chofer para que la recogiese, cuando estaba esperando en la vereda, frente al restaurante, unos tipos se acercaron a ella.

—Vaya, mira nada más — dijo uno de ellos al acercarse —. Una belleza lisiada — se burló.

—Por favor, aléjense — balbuceó temerosa, quiso mover su silla de ruedas, pero se lo impidieron.

—¿A dónde crees que vas? Si nosotros aún no terminamos.

JinHee con sus manos temblando como gelatina le entregó su bolso — Tomen lo que quieran, pero déjenme tranquila.

—¿Cómo te atreves a ofenderme? Somos personas honradas — tiró su bolso al suelo fuertemente haciendo que ella brincara de susto —Necesitas aprender una lección...

—Aléjense antes de que llame a la policía — Jimin caminó lentamente hasta ellos. ¿Había vuelto por ella? Pues la verdad no, él había regresado porque se olvidó su móvil en la mesa del restaurante y de casualidad vio esa escena, si le pasaba algo a esa chica, sus padres se enojarían con él.

—Oye amigo, no queremos problemas contigo.

—Ella viene conmigo, así que, será mejor que se marchen — advirtió moviendo su móvil. Los tipos bufaron y lanzando algunas maldiciones desapareciendo entre las calles — No puedo creer que tenga que rescatarte — se dirigió a ella y se puso a su altura — ¿Me escuchas?

JinHee se lanzó a sus brazos haciendo que por poco se caiga encima de él, sollozó sin dejar de temblar — Gracias... gracias — repetía.

—No... es nada — aclaró su garganta y la alejó —. Vamos, te llevaré a tu casa.

Por primera vez, la ayudó no solo rescatándola de esos tipos, sino que la cargó para colocarla cuidadosamente en el asiento copiloto. JinHee estaba tan asustada que ni siquiera podía colocarse el cinturón de seguridad.

—Tranquila — sonrió amablemente y la ayudó poniéndole el cinturón. Ambos se quedaron mirando por breves segundos, por la cercanía que se había generado —. Listo — se apartó nervioso —, vamos a tu casa — y por primera vez, JinHee había recibido una sonrisa amable de parte de Park Jimin.

Se ve más lindo con esa sonrisa— pensó.

Mi Última carta es para ti - OneShot (Park Jimin) COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora