20/12/19

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La tristeza, la soledad y la incertidumbre son las más leales compañeras cuando alrededor todo se desmorona.

Un buen día me miraron y me sonrieron, después de un rato me cuestionaron si yo creía en el amor.

Yo sonreír porque honestamente no sabía que responder, después a mi mente vinieron momentos donde todo el tiempo mi sonrisa iluminaba el cuadro.

Mi respuesta fue si, yo creo en el amor porque aún después de muchas sonrisas mi corazón también guarda mis lágrimas tal como si fuera un odre.

Tocaron mi espalda con una cálida palmada acompañada de una tierna sonrisa, después de segundos me dijeron:

Y es verdad el amor no solo es sufrir también es un goce eterno, ser concientes de todo lo que implica amar hace valorar un "te quiero" y un "te amo".

Rastros De Una Memoria RetraídaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora