Dos grandes compañías han sucumbido ante el mando de dos alfas adinerados, jóvenes pero sobre todo, muy poderosos; Subaru es dirigida por Todoroki Shoto y Mitsubishi por Bakugo Katsuki.
Este último tiene en su poder a un omega de rizos y ojos verde...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Después de unos cuantos minutos de viaje llegamos al edificio de Mitsubishi, le di las gracias al chófer de Todoroki (sin recibir respuesta de este) y se fue tan rápido como llegó. Entre a la oficina sorprendiendome por no ver al señor Bakugo, ya que ya eran las 7:00 am, debería de haber llegado ya, supongo que esa tal Himiko y sus "amigas" eran buenas en lo que hacian
El jefe llegó media hora después, balanceandose y tambaleándose de un lado para el otro, como si estuviera ebrio
—S-señor Bakugo! Que le sucede?
Me acerque para tratar de ayudarlo pero este se negó, agitando su brazo en el aire
—No me toques bastardo... Aaah mi cabeza, traeme un café de inmediato, PERO COMO VAS!!!
El amo parecía demasiado alterado, fui a la recepción para hacer un poco de café, y ahí me encontré a Sero, el encargado de supervisar el desarrollo en los diseños de los nuevos modelos
—Buenos días señor Hanta, ¿como va el L200?
—Esta lleno de maravilla, podremos lanzarlo al mercado en dos meses más si seguimos a este ritmo
Dos meses, era menos tiempo del que teníamos contemplado, osea que debiamos de preceder cuanto antes. Terminé de hacer el café para el señor Bakugo y me despedí del señor Hanta para poder llevarle el café al amo
—Aquí tiene señor...
—Que estuviste haciendo ayer, pequeña zorra?
—Eh
Me quede en shock por la pregunta, lo recordaba perfectamente, el jefe ni siquiera me había volteado a mirar cuando estábamos en la cabaña, el solo entró sin mirarme a mi, ¿que hacía si contestaba con algo que contradecía lo que él señor Bakugo "recordaba" tenía miedo, quería que Todoroki estuviera conmigo
—Yo... N-no lo recuerde jefe?... Yo ehhh... estaba en la junta de Mazda, con usted
El amo se había levantado de su silla y había comenzado a avanzar hacia mi con una mirada que podría incluso congelar el infierno y me acorralo contra una pared
—Estas seguro?
—S-si...
—Bueno, gracias, no recuerdo nada de ayer, cre que debí pasarme de copas o algo por el estilo. Ahora sigue trabajando, que es lo único que saber hacer además de complacerme
Regreso a su escritorio y no me dirigió la palabra después de eso. Di un enorme suspiro como señal de alivio, si el jefe llegaba a descubrirnos no dudaría en matarnos a los dos.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
