♣️Capítulo Trece♣️

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-Eres un ángel, Shoto

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-Eres un ángel, Shoto

Me pare de puntillas y rodee el cuello de Shoto con mis brazos, creó que estaba a punto de hecharme a llorar.
Salí por la puerta y me dirigí al trabajo, debía de conseguir mi propio dinero para no depender sólo de Shoto

-Camie! Tan puntual como siempre!.

El idiota de mi jefe, Seiji, me daba la bienvenida con una reverencia exagerada y dándome un beso en mi mano

-Como sea, ni siquiera es para tanto, solo me encargo de servir mesas

Ah si, por las mañanas trabajo en una taberna como mesera, y cuando termino mi jornada ahí me voy al burdel de Shiketsu, mi segundo trabajo. Aparté mi mano de la boca del pelimorado y fui a los vestidores para ponerme el uniforme. Como todas las mañanas de cada día, el tiempo se fue volando; mi trabajo era bastante aburrido, aunque tampoco es que tuviera otra opción

-Mierda. Disculpa Seiji, ¿puedo salir mas temprano hoy?

-Eh? ¿Porque?

-Olvide totalmente que mis hijos salían más temprano hoy, mi madre no puede ir hoy a la casa así que debo encargarme de ellos, por favor Seiji

-No me gusta pero esta bien, le diré a alguien que te cubra

-De verdad muchas gracias

Tome mi bolso y salí en dirección a la escuela donde estudiaban mis pequeños hijos. Había llegado 20 minutos tarde, Kameko y Makoto estaban a la entrada de la escuela parados junto a una profesora, Makoto tenía a su hermana menor abrazada, al parecer había estado llorando

-Hola niños, de verdad perdónenme por haber llegado tan tarde, no vuelve a pasar se los prometo

-Mami!!!

Kameko se apartó de los brazos de su hermano para ir corriendo a los míos, acaricie su larga cabellera negra y le di un beso en la frente, luego dirigí mi vista hacia Makoto, quien solo permanecía parado con los brazos tras la espalda

-No me he olvidado de ti, Maki

Con mi mano libre acaricie la mejilla de mi hijo mayor, su sonrisa blanca era una de las mejores cosas que podía haber en el mundo, almenos en mi mundo. Me despedí de la profesora que había cuidado de los niños y le di las gracias, luego nos fuimos a nuestro pequeño departamento

De camino los niños estuvieron insistiendo para que les comprara un helado, así que no tuve más opción que comprarles uno a cada quien. Mi vida era realmente complicada, el dinero no me rendía y debía alimentar otras dos bocas

Todo es tu culpa, maldito Inasa

Todo es tu culpa, maldito Inasa

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Nuestra Jugada | Omegaverse +18 | TodoDekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora