Prologo

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De viaje otra vez, fue lo primero que pensé al despertar. Tenía mini vacaciones ya que estábamos en época de fiestas y al no tener nada que hacer durante estos días decidí irme donde unos familiares que viven en el campo.
Era algo que ya necesitaba, cada cierto tiempo tengo que salir de la gran ciudad para despejarme, estaba ahogado en mis pensamientos y preocupaciones que por mucho que no me gusta reconocer me provocan algo de miedo, aunque este mismo miedo a la incertidumbre me incitaba a querer descubrir que pasaría con el tiempo. Estaba ya en último año de secundaria y recién en este año le tome el peso al futuro, pensaba en el examen para entrar en la Universidad, en cual voy a estudiar, que hare con mi vida, después, en el último día de clases, en el ¿Qué pasará? respecto a algunas personas con las cuales tuve la fortuna de coincidir en este último año escolar, entre otras preocupaciones mayores de las cuales mucho no puedo hacer.
Ir al campo no era exactamente la forma más factible para salir del ahogo que mis pensamientos me provocaban debido a que acá estaba desconectado de todo y por ende tenía mucho más tiempo para pensar donde me hundía mucho más, pero ahí era donde encontraba sentido a la mayoría de mis preguntas, logrando comprender y salir a flote nuevamente, esta era mi manera de poder estar bien.
Luego de unos minutos mirando el techo decidí bajar a comer algo, tome desayuno con mi familia y ordene mi bolso ya que en unas cuantas horas salía mi bus, al terminar me despedí de todos especialmente de mi perrito ya que por primera vez pasaríamos separados tanto tiempo, le di una galleta y me puse mi collar que se me estaba quedando. Mi collar tenía una historia muy peculiar al igual que su forma y significado, era un nudo cuaternario el cual era un símbolo de tribus antiguas pero no se sabe el significado exacto y pues la historia de cómo este llamativo objeto llegó a mis manos nos remonta hace un par de años en el cual estaba con mi grupo de amigos organizando ir a hacer senderismo a alguna montaña alrededor de nuestra ciudad, no nos podíamos poner de acuerdo hasta que llegó Owen el cual nos sugirió ir al monte "Cristal" ya que tenía familia cerca de ahí por si llegaba a pasar algo y además el recuerda que su abuelo siempre le contaba historia sobre este monte y un tesoro perdido que se encuentra por esas tierras, siendo esto último lo que nos convenció debido a que en ese entonces éramos todos fanáticos de las aventuras y cosas por el estilo, todo era así hasta que por algunos problemas que sucedieron el grupo se disolvió, volviendo al hilo de la historia nos organizamos bien y fuimos al monte Cristal en donde después de unas cuantas dificultades que no son necesarias mencionar encontramos el "tesoro" o eso se suponía donde habían seis collares con símbolos raros, coincidiendo justamente con el número de integrantes del grupo cada uno se quede con un collar, desde aquel día mi collar fue mi acompañante a todos mis viajes ya que inusualmente tengo un imán para que me pasen estupideces y los simples viajes se vuelvan grandes aventuras y para este no podía faltar.
Pasado el rato ya estaba camino a mi destino y para ir matando el rato fui leyendo y escuchando música hasta que me cansé y decidí ir viendo el paisaje, en este transcurso mi mente se llenó de pensamientos los cuales me producción un poco de ansiedad y todo relacionado al ¿Qué pasará?, además pensaba también en una persona la cual era muy importante para mí (Y lo sigue siendo)  la cual es muy amable, dulce e inteligente, pero por sobre todo tenía un gran corazón. A lo largo de este caótico año ella ha sido fundamental para mí, aunque no se lo he dicho me ha ayudado enormemente especialmente cuando he estado mal, a pesar que siempre que me notaba triste se acercaba y me preguntaba cómo estaba y yo le respondía "nada, es solo sueño" siempre que me notaba igual de acercaba aun sabiendo la respuesta que le iba a dar y este gesto de preocupación que me demostraba era más que suficiente para alegrarme el día, aparte ella siempre me ha dado la confianza que a veces yo no tengo para poder seguir adelante y luchar por mis sueños. Ella sin saberlo se convirtió en mi motivo para nunca rendirme.
Después me puse a pensar en diversos temas y mientras estaba perdido en mis pensamientos ya había bajado el sol y el cielo se tornó en ese bello rojizo anaranjado que toma todas las tardes, ver esto me tranquilizo debido a que ver los atardeceres es una de las cosas que más disfruto hacer. Luego reinó la oscuridad en donde empezó a brillar la gran luna junto con las estrellas y mientras contemplaba esto, me apoye y fui cerrando los ojos, sin saber que no llegaría exactamente a mi destino...

Depende de nosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora