Capítulo 4

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Capítulo 4:

"El libro de los Guardianes"

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   Viendo que no habría manera de volver sin tomar otro camino, y cómo anochecía progresivamente y la ayuda no llegaba, la pelinegra decidió arriesgarse a buscar alguna salida. Caminó bosque adentro, mirando los árboles con detenimiento, notando pequeños detalles en ellos.

   Los árboles de aquella zona parecían rodeados de magia pura. Una ligera aura violeta que los envolvía, bailaba libremente a su al rededor. Notó que todo tenía, al menos, un toque de magia, y todas poseían tonalidades diferentes pero complementarias.

   Durante más de un momento sintió el fuerte impulso de detenerse y observar la grácil danza que daba la naturaleza, moviéndose como si todo estuviera calculado y resultando exactamente perfecto.

   Vio un par de serpientes cálidas caminando por entre los pastos largos, y se concentró tanto en su peculiar elección de colores, (que los hacía parecer fuego vivo), que tropezó con unas piedras en em suelo. Al dirigir la vista al suelo, se encontró con un caminó de diversos tipos de piedras, algunas rodeadas por musgo, lo que le daba un aire casual al ambiente.

   Quiso pensar que era un camino para volver a los terrenos más cercanos a casa, quiso tener esperanza de que no tardaría tanto en volver e incluso podría ayudar a su hermana, pero, por alguna razón, no sentía la usual emoción que la embargaba cada vez que pensaba en su hermana. No se sentía preocupada por su paradero, ni culpable por su posible pérdida en el bosque.

   'No hay criaturas particularmente dañinas en la zona cercana a la casa, tampoco sucede nada fuera de lo común en la noche. Es un lugar bastante aburrido, en realidad. Y, si se llegó a perder, o me sucede algo a mí sería su culpa, por su imprudencia.' Pensó, inusualmente enojada.

   Dirigió una mano a su frente e intentó calmarse. Era raro, nunca antes se había permitido sentir tales emociones con intensidad pero, aunque sí se sentía algo incompleta, no lo había tomado como algo raro.

   ¿Le estaba pasando algo? ¿Estaba ella mal? No lo sabía, deseaba creer que era temporal. Que cambiaría en poco tiempo, que volvería a la normalidad.

   Se decidió por ignorar su situación, prefirió pensar que eran simples ideas tontas. Se concentró en su ambiente y en los seres que lo habitaban, pensando en que desearía tener una cámara para guardar evidencia de esos seres que habitaban el "jardín trasero" de la Mansión Oscura.

   Caminaba con lentitud, incluso sintiendo familiar al ambiente que la rodeaba. Una calidez inusual, que nunca antes había sentido, llenaba su pecho y la hacía sentir seguridad. Llegó a un punto en donde ya no controlaba su camino, este era llevado por sus instintos.

   Sospechosamente, empezó a ir bosque adentro. Una batalla interna se libraba en su mente, sus instintos y esa voz que la acompañaba desde siempre, según su madre, su espectro de la luz.

   'Sigue, déjate llevar por la oscuridad. Nos liberaremos de las ataduras, solo tienes que seguir.' Susurraba su instinto, cuya voz sonaba materna y acogedora. Aún así, Lía dudo, porque no entendía de qué estaba hablando.

   'No, no, no, ¡No! No puedes seguir ese camino, vete, retrocede, está mal, es oscuro.' Gritó con fuerza el tal espectro de luz. A la pelinegra nunca antes le había parecido tan irritante, exigía a gritos agudos y molestos que no se acercara más, que buscara a su hermana. Sin embargo, parecía especialmente escandalizada de que la oscuridad la rodeara. Lía no lo comprendía bien, pues ella no podía captar el real sentido de la palabra.

La Guardiana De La PrincesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora