Capítulo 11

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Capítulo 11

Si el mundo fuera diferente, si te fuera conocido más temprano o más tarde. Si te acuerdas algún día que fue lo que nos pasó quizá podrías llamarme.
Allí estaba con todas las cartas sobre la mesa con las ganas internas asentadas en el corazón y la esperanza idiota de que todo fuera solo una mala broma. Que lástima que todo lo que había escuchado saliera de la boca de la persona que decía amarlo más que nada.
                       

°°°
La puerta frente a ella se abrió y Marianna Martin la miró con sorpresa; le regaló una pequeña sonrisa y después de un segundo habló parecía incómoda.

— Gabe no está aquí cariño, Ian y él están practicando en la playa, ya sabes para la competencia de mar abierto que es en unos meses. Sabes que esos dos están locos por entrar a los juegos olímpicos y no piensan más que en nadar.

Grace no lo pudo evitarlo soltó una sonora risa, por eso nadie veía a Marianna como la desquiciada y calculadora que era, tan amable, tan linda con ese odioso cabello rubio y los ojos iguales a los de Ian , imposible compararla con Lera, ciertamente Lera era hermosa demasiado, pero fría y perfecta. Marianna parecía distraída y libre.

— No vengo por ellos, de hecho quiero charlar contigo de algo que Roland Martin dijo hace unos días en el bufete.

Marianna palideció ella no estaba casada con Roland hacia más de seis años pero había conservado el apellido, todo entre ellos se había arruinadodieciocho años atrás, ella se mudó y el aparecía de vez en cuando por Wraysbury nunca quiso vivir lejos de la ciudad así que eso solo los alejo; además de todas las cosas no dichas y los errores escondidos bajo la alfombra.

— Creo que no tendría que hablar contigo nada sobre Roland Martin — Marianna le sonrió y quiso cerrar la puerta.

Grace detuvo la puerta antes de que ella la cerrara ni de chiste Marianna se iba a escapar de esta conversación

— Pues yo creo que si, porque creo que a Ian le encantaría saber que su mejor amigo también es su medio hermano, esto pareció encender las alarmas de Marianna y dejo a Grace entrar a la casa.

Se detuvo antes de llegar a la sala y la miro, Grace podía ver el terror en su rostro; el miedo de que ella se lo fuese contado a Ian, pero aún faltaban unas cuantas triquiñuelas, nada era tan fácil, había que ensuciarse las manos primero.

— ¿Quien más lo sabe? —preguntó una desesperada Marianna. — Por tu propio bien espero que ni se te ocurra contar nada de esto, hay cosas que permanecen en secreto por una razón.

Grace puso los ojos en blanco y le paso a un lado sin prestar mucha atención a la mirada enojada de la mujer, no había nada que le molestara más que los aires de víctima en alguien; la hacían volver en el tiempo a su madre y lo odiaba.

— ¿Sabes que? ahórratelo, esto; como le dices tú es una maraña de mentiras que solo te sirve para seguir tu aventura con Carson y que Ian te siga viendo como la pobre e indefensa Marianna, cuando fue por tus engaños que se divorciaron tu y su padre. Bueno que padre si la verdad has vivido mintiéndole toda su vida. 

Grace no lo vio venir cuando Marianna se acercó a ella, pero el fuerte ardor en la mejilla por la cachetada de Marianna la  hizo enojar más de lo que ya estaba. A veces ella se preguntaba cuanto valía Carson y si merecía este trato o solo el olvido

— A mi no me amenaza una chiquilla como tú, además esto va de parte y parte; también se lo tuyo con Carson podría contarle a Gabe tu secretito también, aquí nadie tiene el derecho de tirar tierra sobre nadie. —amenazó de vuelta.

GraceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora