Satoru Yuu •|•BNHA•|•

CAPITULO 01

~Satoru, presente. Listo para ocasionar desastres~

Me miré al espejo antes de salir a la academia Yuuei, este uniforme me hacía ver más encantador de lo que soy. Todo un chico sexy en pleno desarrollo con un buen cuerpo y buenas pompis.

Arreglé mi cabello bicolor, había nacido con la parte de atrás de mi cabello peliblanco y la parte de delante de pelinegro. Una extraña combinación.

—No te metas en peleas con nadie —. mi Tía Gen apareció de repente, en su mano se encontraba un cucharón.

Quizás dejará la cena lista antes de ir a trabajar.

Me miró con su rostro serio; tenía los ojos rojos como los míos y el cabello de un violeta claro. Una mujer bella por donde la vieras pero con un carácter indomable.

—Ya dejé mi pasado oscuro... —. contesté despreocupadamente mientras me colocaba mis zapatos negros.

—¡Eso me dijiste ayer… — levantó el celular a la altura de mi rostro —. y hoy recibí una llamada de la policía!

Observé como mi Tía se apoyaba en la pared de la casa con molestia; aquellas paredes de color verdoso le daban un toque pacifico. Pero, ella no estaba así.

Ayer yo había tenido una pelea y la policía había aparecido en un mal momento; estaba caminando tranquilamente después de visitar a mi amigo y luego unos chicos aparecieron con ganas de pelear.  Sin preguntarme se abalanzaron sobre mí.

Pobrecito de mí. Mentira.

No deje que esos gilipollas me hicieran algo, por lo tanto, respondí con golpes también y cuando la pelea se puso buena, la policía había aparecido.

Pude salir de la comisaría, pero, no esperaba que tuvieran el número de mi tía Gen.

—¡Pero no tengo la culpa! — refute ante la idea que se había hecho—. Solo me defendí.

Me dio una mirada seria, parecía como si en cualquier momento me tiraría ese cucharón. Se separó de la pared y se colocó a mi altura.

Escuché como suspiró resignada.

—Satoru eres todo un caso...  — dijo ella; se acercó para desordenar mi cabello bicolor —. Ve o llegaras tarde.

Me levanté dándole un pequeño beso en su mejilla, cogí mi mochila y salí de mi casa.

Por cierto, ¡Mi casa es grande, envídienme!

Me encaminé a la U.A, la academia Yuuei para héroes; había pasado ese bendito examen con mucho sufrimiento. Ya había pasado meses desde aquello.

—¡Joder!—. bufé molesto, subí a un autobús. Ya llevaba tiempo y no se apresuraba.

El chofer parecía más interesado en coquetear con una dama que hacer su trabajo. Así que decidí bajar del autobús sin pagar, ¡se lo tiene merecido por su santa gana!

—¡Satoru! —. Escuché el grito de un chico llamándome.

Fijé mi vista en él. Cabello verde, esponjoso y ojos esmeraldas solo podría ser una persona, el Cordero.