Satoru Yuu •|•BNHA•|•

CAPÍTULO 06 CÁLIDO CORAZÓN

~Aoyama, presente. Preparado para brillar~

–Jamás esperé ver a tantas personas aquí reunidas. –el rubio infló sus mejillas, aguantando el grito de emoción que quería dar.

Estamos en mi habitación; después de tener esa tener esa conversación con Iida, decidí organizar una fiesta nocturna de hombres aquí. Mi Cordero, obviamente era el primero en mi lista y también el de lentes.

¡Pero, había un integrante más en mi pequeña morada!

¿Cómo lo conocí? Pues intenté ser algo sociable, acercándome a los que mostrarán esa chispa de superación y fuerza que yo también daba en mi vida. Pero, lugares donde reúnen a aspirantes a héroes, superación es lo que sobra. Y ya todos se habían acercado a los que le parecían así. Habíamos pensado igual.

Pero, por alguna razón, uno a pesar de ese deseo. Fue terriblemente apartado de los demás.

–¡Aoyama-kun, no aguantes así la respiración! –con preocupación gritó el peliverde, agitando las manos en desesperación frente a él.

Sí. El rubio "ojos de bebé" fue esa persona que por su extraño parecer, fue evitado por los otros.

Incluso yo la primera vez, pensé que era una persona extraña. Su modo de ser, incluso comportarte me hizo desear no querer acercarme.

Aunque hubo algo que me llamó la atención.

Poniéndome a recordar mis primeros días en la "Academia U.A."; una vez que terminaron totalmente las pruebas físicas con Aizawa-sensei, que duró días. Estaba en el salón, la hora del descanso, esperando al Cordero que había sido llamado por All Migth para conversar.

¡Me abandonó, por ese tipo! Pero, en esos días le perdonaba porque lo admiraba.

¡Mi tía no se casará con nadie!

– ¡Que te estas poniendo rojo, Aoyama-kun! –otro grito masculino se unió a ellos, Iida– ¡Vas a explotar así!

Invité al de lentes, pero no planeaba meterlo en una crisis, todos estaban alrededor del rubio para animarlo a respirar.

Bueno ¡Volviendo a mis recuerdos!

Ese día, varios de los compañeros de mi clase parecían bastante desconfiados para comenzar una nueva amistad; supongo que es normal sentirse de esa manera.

Bakugou no perdía el tiempo, llenándome de insultos por haber invadido su territorio, realmente estar cerca de ese tipo es crear mal ambiente. Todos parecían mejor en sus propios asuntos ¡Aunque se supone que al comenzar en un nuevo lugar, ya busques al menos una persona para conversar!

–¡Oh! –parece que el Cordero se sorprendió, habló emocionado– ¡Aoyama-kun! ¡Son geniales!

Parece que habían logrado que el rubio saliera de su berrinche y ahora, todo orgulloso, estaba parado en frente de todos; mostrándonos unas pijamas de pato que recientemente ellos habían puesto dinero.

¡Me están jodiendo! ¡Saben que los odio!

–¡Pregunta! –alzó la mano el peliazul– ¿Por qué patos?

Ambos chicos, dirigiendo una mirada malévola hacia mí, se sonrieron entre sí; empezaron a contarle la razón del porque la elección de ese animal.

Yo me salgo.

En silencio me levanté, salí de la habitación y fui a la cocina a traer algunos bocadillos para comer. Escuché las risas de los tres idiotas, ¡cómo se atreven a reírse de algo así! Más una fue la que resalto más, era la carcajada del rubio.