Una tragedia familiar lleva a los mellizos Portman (Jane y Jake), de diecisiete años, a viajar por las costas de Gales donde descubren las ruinas para niños especiales de Miss Peregrine. Mientras exploran los destartalados cuartos y pasillos se dan...
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Enoch suspiro cansado, comenzaba a dolerle la cabeza al escuchar las incontables súplicas de Olive.
¿Es que acaso no entendía que simplemente haría lo que le diera la gana y no lo que ella le pidiera?
Giro los ojos de nuevo y miro sobre su hombro para ver a Jane, ella parecía también cansada de Olive pues se acariciaba la sien.
— No, Enoch, no lo hagas, por favor— volvió a decir, sujetando el brazo del chico.
— Quieres que pasemos tiempo juntos con Jake y Jane jugando— se suelta de su agarre y la mira irritado— eso dijiste.
Justo cuando se detuvieron Olive se apresura a ponerse delante de una puerta, Enoch suspiro fuertemente.— Y bien, aquí estamos. Quitate Olive— y Jane podía sentir un poco de pena por ella, si, le habían irritado sus súplicas pero, ¿por que se dejaba hablar así?
— Si te vas a poner así ya no quiero ser tu amiga— amenaza y espera unos segundos mirando a Enoch pero al ver que él realmente no iba a cambiar de opinión pasó entre los cuerpo de Enoch y Jake bastante decepcionada.
— ¡Enoch!— casi grita Fiona, saliendo de una habitación— deja a Víctor en paz, sabes que eso altera mucho a Bronwyn.
Enoch se inclina un poco y pone sus manos sobre los hombros de Fiona, la niña estaba verdaderamente impotente y quería frenar a Enoch y Jane se preocupó en sobre manera al oler la emociones que creía emanaba la de coletas. Y ahora que lo pensaba, también había creído oler las emociones de Olivé.
¿Como demonios ella podía oler eso? Ni siquiera podía explicar el olor, solo era bastante desagradable y el estrés de Fiona la estaba perforando de tal manera que se sintió enferma.
— No hagas drama, Fiona.— terminó por decir, y un sentimiento extraño se apretó en su pecho y casi por inercia se erguio para mirar a Jane, preocupándose inconscientemente al ver un hilillo de sangre bajar lentamente de su nariz y la palidez en su rostro lo asustó un poco— ¿Estás bien?— cuestiona con un rostro inexpresivo, totalmente diferente a lo que sentía.
Jacob miro a su hermana y se preocupó haciendo que esto cambiará la expresión de su rostro.
— Estoy bien.— respondió encogiendo sus hombros aunque podía sentir vértigo y náuseas.
— Janie, estas pálida y estas sangrando de la nariz— señala y Jane pudo percatarse de eso cuando sus dedos se mancharon de sangre. Jake le dió papel higiénico y ella limpio el brote de sangre ante la atenta mirada de Enoch.
— No me tomen importancia, sigan— pidió, moviendo su mano y Enoch volvió un poco nervioso hacia Fiona.
— ¿Fiona, no crees que Jake y Jane deben conocer a todos?— dice mirando de reojo a Jane y la niña mira a los chicos.
