Una tragedia familiar lleva a los mellizos Portman (Jane y Jake), de diecisiete años, a viajar por las costas de Gales donde descubren las ruinas para niños especiales de Miss Peregrine. Mientras exploran los destartalados cuartos y pasillos se dan...
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Jane miraba molesta a su padre, el hombre no paraba de mirarlos y hablarles mal a ellos. Si, ella sabia que seguía muy enojado pero tampoco tenía derecho a dirigirse a ellos como si los odiara.
— Hay no, no puedo creerlo— dice después de un rato, y en realidad Jane pensó que su papá era bipolar. Hace un momento miraba y trataba a sus hijos de mala manera y ahora ya estaba bastante relajado. Jane decidió ignorarlo y mirar al frente. Una casa de acampar estaba armada en la mitad de la playa ¿quién acampa afuera cuando hace demasiado frío?— mira, a mitad de una zona de anidamiento ¿que clase de tonto hace eso?— cuestiona al aire con una pequeña risa la final y siguió su camino hacia donde estaban las aves.
— De hecho hicieron su nido principal por allá— señala un hombre extraño saliendo de la tienda de acampar. Al parecer había escuchado a Frank.— Se lo mostraré si quiere, es un placer conocer a otro aficionado de las aves— sonríe pareciendo amable y extiende su mano en dirección al señor Portman— Jhon Lamont— se presenta, Frank estrecha su mano amistosamente.
— Franklin Portman. Ellos son mis hijos, Jake y Jane— Jhon miro a los mellizos y estrecha sus manos respectivamente. Y una alarma sonó en la mente de Jane.
— No empieces de paranoica. No te hace mal confiar un poco más— la voz de Jake resonó en la cabeza de su melliza.
— Cállate, Jake. Mi "desconfianza" puede salvarte la vida como otras veces— se quejo mientras rodaba los ojos, ella casi siempre acertaba cuando una intuición o un sentimiento hacia una persona la embargaba. mientras tanto Frank y el extraño Jhon platicaban cosas al azar de aves.
Jane no estaba prestando atención, no hasta que la expresión del rostro de su papá cambio.
— Tenemos que regresar al hotel— informo el mayor de los Portman y comenzó a caminar sin esperar a sus hijos, Jake tomo la mano de su hermana y caminaron detrás de su papá.
— Por desgracia ella aleteaba más que el pájaro— bromeo el irritante de Jhon y comenzó a reír junto con otros cuatro hombres. Ya tenían rato en el hotel y en ese momento justo se encontraban desayunando mientras estaban escuchando los malos chistes del hombre.
Jane estaba tan harta del hombre que si volvía a oir su voz o su estúpida risa podría seriamente comenzar a golpear su cabeza contra la mesa.
— ¿Entonces no irás a la playa hoy?— preguntó Jake rompiendo el silencio que estaba en su mesa. Frank negó mientras regresaba su vista a la televisión.
— No veo para que— responde después de unos segundos— si ese señor va a cubrir Cairnholm en un libro con bonito empastado nadie va querer el mío. Mejor voy a tomar una siesta arriba— dice bebiendo un podo de su vaso. Y fue entonces que Jane decidió que ya era suficiente de su orgullo y extendió su mano sobre la mesa y la posiciono sobre la mano de su padre.
